Por Javier Cabrera
Los gobiernos se financian con el dinero de sus ciudadanos, da igual si son de izquierda, derecha, centro, dictaduras o democracias. Lejos de discursos populistas, las políticas económicas son las que rigen y financian el estilo de vida, las políticas sociales y en general, la riqueza de un país. En todos los casos, el dinero proviene de la actividad económica desarrollada por las empresas, las políticas económicas del gobierno, y los ciudadanos con sus impuestos.
En la otra mano, las tecnologías han logrado que los ciudadanos se organicen en grupos que rompen las tradicionales estructuras, elevando la presión sobre sus gobernantes para exigirles de una forma más abierta y directa explicaciones en cada una de las leyes, acciones o propuestas que estos hacen.
Por esto, no es de extrañar que en los últimos años casi todos los países han tramitado leyes de transparencia, como forma de explicar a los ciudadanos que se hace con el dinero que pagan de sus impuestos y como se aplican las buenas prácticas de gobierno. Es, en buena medida, la forma más eficaz de medir la solvencia y seriedad con la que se administra la riqueza de TODOS.
En Cuba no solo no tenemos ley de transparencia, sino que los presupuestos son opacos y desconocidos. Los cubanos somos de los pocos que no tenemos idea de nuestras finanzas y como se utilizan. Incluso, durante años de embobamiento socialista, nos han logrado hacer creer que es un tema que compete solo al partido, como si fuera una gran empresa que se encarga de crear, administrar y disponer del dinero sin explicaciones.
El dinero generado por las empresas de las FAR, la recaudación de impuestos del gobierno, el mojito de un turista en un establecimiento estatal en Varadero y hasta el peso que se le entrega a un conductor al coger un camello en La Habana, son por definición, DINERO PÚBLICO. Como ciudadanos no solo tenemos el derecho, sino la obligación de saber cómo se administra ese dinero y cuanto se usa en temas como comercio exterior, comunicaciones, financiación de la policía, el alumbrado y hasta cuanto se destina a la represión de los que piensan diferente.
Cada vez parece más evidente que hasta que no ocurra un cambio generacional, nuestros administradores seguirán jugando con la máxima de que la información es poder, y no nos dejarán evaluar la magnitud del desastre mediante sus números. No solo han sido los peores administradores de una nación, sino que además se jactan de rectificar errores y seguir convenciéndonos 57 años más tarde, de que ahora si saben cómo hacerlo.
Somos+, en su año fundacional, ha implementado lo mismo que quiere y exige para Cuba: gobierno transparente, respeto a los ciudadanos, y buenas prácticas.
Desde hoy nuestros colaboradores están recibiendo un informe económico detallado del año 2015, y hemos publicado en nuestra web la contabilidad. Muchos se sentirán frustrados al comprobar que realmente no nos financia gobierno alguno, incluso alguna sonrisa se escapará de las finanzas “modestas” de este movimiento.
Nosotros somos felices, porque sabemos que cada centavo ha sido donado con la confianza en el cambio y la seguridad de que existe gente muy seria trabajando por Cuba. Queremos invitar a nuestro gobierno, al partido y a nuestros gobernantes a hacer lo mismo. Queremos invitar a los ciudadanos a exigir transparencia. No podemos cambiar si nos mentimos entre todos y jugamos a maquillar los errores. Es de «revolucionarios» exigir transparencia, es de ciudadanos evaluar a quien usa NUESTRO DINERO.
Ir al informe. Informe realizado por Iliana Hernández, finanzas@somosmascuba.com
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Muy bueno este articulo, hace mucho que los gobernantes de Cuba se acostumbraron a no dar explicaciones, como quien gobierna desde el Olimpo. Aduciendo ocultar informacion del «enemigo» oculta de sus ciudadanos toda informacion por minima que sea, relevante o no, sin contar las desiciones unilaterales y las alianzas internacionales que se hacen sin importar el sentimiento general de los cubanos. Necesitamos definitamente un cambio y ustedes son el principio, me alegra que noten estas cosas.