HUBER MATOS. El Maestro Incorruptible

 

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José M. Presol.

 

Matos nació en Yara. Imposible para él nacer en otro lugar. Así que, con los lloros del nacimiento, en sus pulmones ya entró el virus de la Libertad.

Hijo de un campesino, propietario de una pequeña plantación de arroz, y de una maestra rural, a los ocho años ya sabía lo que era sacar agua de un pozo y abrir zanjas para que ésta llegase hasta las plantas. Estudió Magisterio y pudo doctorarse. Profesionalmente, aparte de su docencia en la Escuela Normal de Manzanillo, llegó a ser Vice-Rector Nacional de Magisterio.

Su tranquila vida de maestro se truncó con el golpe de estado del anterior dictador. Ya era militante del Partido Ortodoxo, así que el paso a luchar contra la dictadura era algo natural.

Desde los primeros días empezó a oponerse a Batista. En cuanto se produjo el desembarco del Granma, estableció una línea de suministros a la Sierra. Pronto fue identificado, pues alguna vez había utilizado para el transporte el camión de la plantación familiar.

Quiso incorporarse a la guerrilla, pero el futuro “comandante en jefe” haciendo, una vez más, exhibición de su gran capacidad para valorar a los hombres, cometió el mismo error que con Camilo. A éste lo aceptó en el Granma a última hora, reemplazando a una baja, y solo como soldado raso, pues no vio grandes cualidades en él. Con Matos lo mismo, pero agravado, tampoco vio grandes cualidades en aquel “maestrillo” que se presentaba desarmado, así que le dijo que volviese al llano y no regresara hasta que tuviese un arma.

Huber Matos le hizo caso bajo y no regresó hasta tener un arma. Volvió al llano y siguió con sus “actividades logísticas” hasta que fue capturado, pero pudo huir y acabó, como no podía ser de otra forma, si quería salvar su vida, en el exilio. Estuvo en Costa Rica. Donde estableció contacto con el Presidente Figueres, que puso a su disposición un importante cargamento de armas para apoyar el M26J. También estableció contacto con otro grande de la Revolución, el comandante Díaz Lanz, fundador de las Fuerzas Aéreas Revolucionarias.

Se les ocurrió que la mejor forma de llevar aquel armamento a la Sierra era en avión y así lo hicieron. Era prácticamente suicida, pero lo lograron. Aterrizaron en un cafetal, en un lugar llamado Cienaguilla, en plena Sierra Maestra y, como la “pista” era corta, lo hicieron además de forma que el final del “aterrizaje” fuera cuesta arriba para poder frenar el aparato. Tenían que llegar y llegaron.

Las armas arribaron en el mejor momento, era marzo del 58, y poco después el ejército batistiano lanzó una gran ofensiva que solo pudo ser parada, en gran parte, gracias a aquel cargamento.

Matos siguió desarrollando su actividad militar como oficial y se encontró con sorpresas, él que no era profesional, tuvo que explicar al que después fue conocido como “guerrillero heroico”, Ernesto Guevara, lo que era poner vigilancia de protección en los laterales, vanguardia y retaguardia de una columna o un campamento.

Acabó siendo nombrado comandante y puesto al frente de la columna número 9, Antonio Guiteras, la unidad que entró meses después en Santiago de Cuba, para que pudiese ser nombrada capital provisional de la República por un corto tiempo.

Fue nombrado Jefe Militar de la provincia de Camagüey  y, al ver el derrotero que tomaban las cosas, renunció a todos sus cargos y pidió ser readmitido en la enseñanza, pues, en carta dirigida a Fidel Castro, manifestó no estar dispuesto a servir a los comunistas, pero tampoco quería traicionar a la Revolución.

Fue detenido, juzgado y condenado a 20 años, pero sin jamás doblarse ni rendirse. Formó, dentro de prisión, parte del movimiento de los plantados. Sufrió torturas, palizas y maltratos, pero jamás se doblegó.

Finalmente, al ser liberado, partió al exilio, de nuevo Costa Rica, donde fue recibido por las autoridades de ese momento y otras anteriores, como el ya mencionado Presidente Figueres. Después continuó su exilio en Miami.

Nos ha dado grandes lecciones, como aquella vez en que en un centro universitario en Florida, oyó al ponente de una conferencia decir que la oposición ya estaba cansada de una lucha de tantos años y, poniéndose en pie le dijo: “estará cansado usted, pero este viejo y los que le rodean no lo estamos”.

Aunque quizás la más importante de las lecciones fueron sus últimas palabras, dichas con el poco aire que quedaba en sus pulmones, pero que seguramente conservaba el recuerdo del primero respiro en su Yara natal:

“¡La lucha continúa!

¡Viva Cuba libre!”

 

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Jose Manuel Presol

Nací en la capital de “la Tierra más hermosa que ojos humanos vieran”, un 23 de septiembre de 1952. Salí un 30 de septiembre de 1967, con quince años recién cumplidos y, por el horizonte, empezaba a salir el Sol. No he regresado. Estudios superiores, medios o básicos en muchas cosas, fundamentalmente: Economía, Industria Alimentaria, Agroindustria, Finanzas y Gestión de Proyectos, Transporte, Logística. Vicioso de la lectura. Aficionado a la Historia. Miembro de Somos+. Espero volver algún día, mejor dicho: estoy seguro que volveré y que acabaré de ver salir el Sol.

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4 comments on “HUBER MATOS. El Maestro Incorruptible
  1. Buen artículo.

    Sin embargo creó que cometes algunos errores que para mi son importantes. Por que hay que ningunear al contrario, decirles cortos de mira, brutos, etc?. Es que siempre vamos a lo mismo tanto los comunistas(o socialistas) como los contrarios al régimen hacen lo mismo. Por que?. En mi caso simplemente le resta credibilidad al resto del artículo y por eso es bueno en lugar de excelente.
    No me cabe duda que huber matos tendrá su sitio en la historia cubana, pero no cometamos el error de omitir o disminuir a los demás. Las ideas son sólo eso. Y segura mente han habido muchos grandes en ambos bandos que desde sus ideas(aunque equivocadas para ti) han sabido ser firmes o incorruptibles.
    Mis saludos y gracias por el buen artículo.

    • Muchas gracias por tus comentarios.

      Sinceramente creo que no ninguneo a nadie, ni le llamo corto de mira, brutos, etc. Creo que te refieres a mis apreciaciones sobre Fidel. Solo son datos históricos.

      Es un dato histórico que Camilo fue aceptado en el Granma como «suplente» de alguien que se rajó a última hora, cuyo nombre es bastante dificil de confirmar pues hay distintas versiones.

      Sin embargo Camilo impuso su «vena» de lider en Alegria de Pío, pues cuando casi todos huían lanzo su famosa expresión de «¡Coño! ¡Aquí no se rinde nadie, carajo!». La cual se dice que es de Almeida, pero es suya (lo dice el propio Ernesto Guevara).

      Sobre lo de Matos, es cierto que, a pesar de la gran ayuda que recibía de él, lo devolvió al llano, pues se presentó sin armas. Eso es inaceptable para alguien que se denomina lider. Su hermano Raúl, si el actual Presidente, por contrario cuando fundó el II Frente, se negó a obedecer las órdenes de Fidel de devolver a los desarmados y los apovechaba en trabajos, escuelas, hospitales y en todo lo que pudiesen ser útiles, creando el embrión de un futuro gobierno provisional.

      Raúl es una persona que nunca ha sido carismática, Fidel si, y aunque no los quiero a ninguno al frente de mi país, debo reconocer que R siempre ha sido mucho más organizado, meticuloso y creativo que su hermano (por tanto, también hasta se puede decir que más peligroso).

  2. Excelente!!!
    Las personas deben ser mostradas en su justa dimensión a pesar de sus ideas pasadas o presentes. Poco se ha dicho de este hombre por lo que felicito al Sr. Presol por este artículo.

    • Muchas gracias por su comentario.

      Son muchos los grandes hombres con los que podemos estar o no de acuerdo, pero que nos enseñan cual es el objetivo que no debemos perder de vista.

      Huber Matos es uno más de esos hombres, cuyo recuerdo se ve «atacado» desde varios lados: la propaganda castrista por uno, la incomprensión de los propios por otra, el aprovechamiento de su nombre y ejemplo por otra, y así podemos seguir.

      Algún día habrá, en Manzanillo o en Yara, una escuela con su nombre y, estoy seguro, que él, esté donde esté, al verla sonreirá y sabrá que su sacrificio no fue en vano.

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