Por: Joanna Columbié
El modelo económico cubano, muy particular, impreciso e indefinido, no logra ponerse a tono con la realidad del pueblo cubano, el salario nominal no logra equipararse al salario real que necesita un ciudadano para cubrir sus necesidades básicas y, en este sentido como en muchos otros, los lineamientos planteados en el anterior Congreso del Partido Comunista de Cuba no han logrado implementarse de manera efectiva; según cifras oficiales, solo se han cumplido el 21% de las propuestas.
En las propias palabras del presidente de Cuba, Raúl Castro, todo este proceso debe ser “sin prisa, pero sin pausa”, sin embargo deberíamos preguntarnos si para el pueblo cubano esta frase puede ser posible, más de 57 años esperando que se pongan en práctica las promesas hechas por Fidel Castro en su alegato conocido como: “La historia me absolverá”, ponen en tela de juicio la tan exigida espera.
No es la primera vez que se pone en práctica en Cuba un proceso similar. Aparentando reconocer los errores cometidos, en más de una ocasión se ha planteado una necesaria rectificación de errores y tendencias negativas, en todos los casos con el objetivo simulado de entretener a la población y hacer que esta desviara su atención de la dura situación económica y social que ha atravesado el país en varios momentos.
Ahora se presenta Raúl en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) con el mismo discurso, nada ha cambiado y repite en su alocución la ya fatídica frase que ha conllevado a más de una esperanza frustrada y a más de un plan deshecho.
Numerosas esperanzas de cambio tenía una parte de la población con este VII Congreso, cambios que tarde o temprano se tienen que alcanzar, pero no nos parece que sean por la vía de un partido que ya ha perdido su razón de ser en esta sociedad, si es que un día la tuvo. Mantenerse en el mismo enclaustramiento político al que ya nos tienen acostumbrados no será razón suficiente para que los movimientos de oposición en Cuba caminen paso a paso hacia el necesario cambio, aunque los comunistas terminen su congreso tal como comenzó: sin prisa y con muchas pausas.
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Pobres los participantes de ese congreso que son instrumentos de la cupula castrista, nada pueden hacer por nuestro pueblo Porque sus amos solo quieren ganar tiempo en el poder, por suerte cada dia somos + que no creemos nada de sus cuentos.
// Lo que importa son los «lineamientos» legítimos y honestos que los demócratas creémos //
Pero veo poca actividad para crear unos que sean sustanciales, completos y prácticos, y *menos actividad que demuestre que podemos y vamos a implementarlos*.
Veo a todo el mundo solo quejándose de, pidiendo, exigiendo y criticando al régimen. ¡Tienen tremenda dependencia del régimen!