Por: Gretther Yedra
El debate sobre “el Quinquenio gris”, que tuvo lugar en nuestro país hace algunos años (2007), a partir de la “resurrección” de tres ex funcionarios del Consejo Nacional de Cultura: Pavón, Quesada y Serguera, dio pie a un intercambio entre intelectuales, y por un momento muchos pensamos que lo que había comenzado como un simple intercambio de cartas por e-mail podría dar pie a un verdadero debate sobre temas fundamentales de nuestra cultura y, también, de la economía y de la sociedad. Pero no fue así. En la muy criticada Declaración del Secretariado de la UNEAC, se reconoció que las apariciones de estos ex funcionarios “no respondían a una política del organismo y que en su gestación y realización se habían cometido graves errores”. Se dijo que muchos de los que habían intervenido en la polémica lo hacían porque trabajaban “obviamente al servicio del enemigo” y se refirieron a “aquellos que pretenden ver en el debate entre revolucionarios posiciones ambiguas, fisuras u oportunidades para su agenda anexionista”.
En la última oración se ratificó que: “La política cultural martiana, antidogmática, creadora y participativa, de Fidel y Raúl, fundada con ‘Palabras a los intelectuales’, es irreversible”. Como para sellar el debate, el difunto Alfredo Guevara se solidarizó con el texto de la UNEAC y acusó a los funcionarios de la televisión (que son nombrados por “el Partido”) de ser los responsables de la “insurgencia beligerante de la ignorancia y la mediocridad” que impera en los medios de comunicación. Guevara jamás hizo alusión al “pavonato”, ni al “quinquenio gris”, ni a ninguna de las propuestas que se estaban haciendo.
Muchas personas dicen que “eso ya pasó”, “que fue un ‘catarro malo’“ (según declaraciones de Reinaldo González publicadas por el diario El Clarín, 13 de febrero del 2007), que lo del “quinquenio gris” y la polémica ocurrida en los meses de enero y febrero de ese mismo año ya son “un caso cerrado”, para utilizar una terminología que puso de moda la famosa serie CSI: la escena del crimen.
Pienso que, efectivamente, muchas cosas han cambiado, para bien; que las persecuciones a homosexuales disminuyeron y, en la actualidad, aunque existen muchos prejuicios, ya no se puede expulsar a nadie por ese motivo de los trabajos y de las universidades. Pero sí creo que todavía persisten serias limitaciones al ejercicio verdadero de la libertad de expresión, de asociación, de movimiento (por no mencionar otros problemas, muy serios, en la esfera productiva); se mantiene el derecho que se arrogan funcionarios a decidir qué es correcto ideológicamente o no; sigue vigente el otorgamiento o no de un permiso para salir o entrar del y al país donde uno nació, lo que no es otra cosa que un freno a la libertad de movimiento e, indirectamente, a la libertad de expresión (a muchas personas se les ha negado el derecho a viajar por sus opiniones políticas); los casos de censura a libros, autores (que viven en Cuba o fuera del país), documentales y películas, etc., existen, y han ocurrido en este siglo XXI, no en el “quinquenio gris”.
Pero esta realidad no se acepta; tampoco se quieren reconocer los errores e injusticias que se cometieron. Y si no se reconocen, si no se señalan las causas verdaderas, no es posible plantear que es un “caso cerrado” porque, siguiendo con la terminología detectivesca, “las evidencias” de que todavía queda mucho por rectificar así lo demuestran.
En resumen, pienso que hay cosas que se repiten en nuestros días, igual que en aquellos años, y pondré algunos ejemplos:
- El debate de los cibernautas jamás fue reflejado en la prensa (sólo la declaración de la UNEAC, sin ninguna explicación, por lo que las personas que no tienen e-mail y que no están relacionadas con el mundo de la cultura, no entendieron nada). Esta situación se parece a la del año 1971, cuando el famoso “Caso Padilla” (que también se mantuvo “a puertas cerradas” para la población), y su explicación, puede encontrarse en el discurso de clausura del Primer Congreso de Educación y Cultura.
- No se ha reconocido, oficialmente, que sí existió una persecución a los homosexuales, que fue política de gobierno y que no terminó en la década de 1970 (recordar el Éxodo del Mariel en 1980: “¡que se vayan los homosexuales!”. Esto queda reflejado en Cien horas con Fidel, páginas 253-255, segunda edición, septiembre del 2006.
Como dice el doctor Arnoldo Kraus en su libro ¿Quién hablará por ti?: Un recuento del Holocausto en Polonia: El “silencio humano”, ese silencio cómplice, soterrado y cobarde, es una invención moderna que protege a la comunidad, despersonaliza al individuo y exime a los verdugos. Es un estado que aleja la culpa y evita la reflexión. Cuando muchos no saben, nadie sabe. Cuando no hay culpables, nadie es responsable, y cuando no hay responsables, saber carece de sentido.
Es nuestro deber poner la verdad tan alta como las palmas. Es por ello que mientras exista la censura solapada a nuestros artistas, este tema nunca será caso cerrado. Debemos aprender de los errores para -jamás- volver a cometerlos.
Fuentes consultadas:
Ambrosio Fornet. El Quinquenio gris: revisitando el término. http://www.criterios.es/pdf/fornetquinqueniogris.pdf
http://www.loquesomos.org/virgilio-pinera-un-hombre-de-letras-hasta-el-final/
http://www.criterios.es/pdf/arangotantospalos.pdf
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Gretther Yedra Rodriguez
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Lo que le hicieron esos hermanitos infernales a Cuba no tiene perdón de dios. Ellos y sus secuaces son los culpables de haber puesto al país en ruinas.
Nos robaron la vida, la familia, nuestra identidad y nuestra nación. Han asesinado y destruido a tantas personas que ni sometiendo les a los horrores más grandes pagarían lo que han hecho. Son lobos disfrazados de ovejas, son tán pérfidos que aún hoy parte de los cubanos creen en ellos. Qué vergüenza ante el mundo, en pleno siglo XXI seguimos viviendo oprimidos. Nos arrebatan la libertad, nuestros derechos y no podemos hablar por miedo. Si, tenemos miedo a que nos impidan la entrada a nuestro país, tenemos miedo a que tomen represalia con nuestros familiares. Yo conozco a al policía política y se de lo que son capaces.
Nunca el régimen o alguno de sus representantes, dígase dirigente o institución, establecerán un diálogo verdadero en política, sociedad o economía. El día en que eso suceda saldrá a la luz pública la mentira, el oportunismo, la manipulación y la represión que han caracterizado al régimen y en primer lugar dejaran muy en claro que Fidel es el máximo responsable de la debacle del país en toda su dimensión. Su divorcio entre el decir y el hacer se hará más que evidente. Ya Raúl, adelantándose a lo que vendrá en un futuro, dijo que le perdonaba todos los errores cometidos por Fidel.
Se necesitarían 50 años desfaciendo entuertos. Hay muchos «casos cerrados» que deberán reabrirse por eso repetiré siempre, complaciéndolos a ellos, la triste historia de como se forjó este régimen !JAMÁS DEBEMOS OLVIDARLA!
Yo creo q papito serguera y pavon eran tan maricones como lo fue alfredo guevara lo unico q ellos eran maricones revolucionarios de ahi su postura de sulacranes y arrastraos pues en el fondo sabian q su comandante no lis pasaba.lo mismo sucede ahora con la marimonga del senexes hija de raulito.