Argumentos

 

Derribando Argumentos

 

Por: Carlos Raúl Macías López

No se trata simplemente de decir algo por decir,  o de defender cosas en respuesta a caprichos ajenos. No. Es probar o justificar en buena lid ciertas verdades, de tal manera que, nuestro interlocutor no tenga otra alternativa que asentir, o en el mejor de los casos guardar deferente silencio, por medio de frases, análisis y conclusiones, que, preñadas de consistencias y coherencias, deberían ser nuestras únicas herramientas y aliadas para un debate respetuoso, para dar a luz la criatura de lo fidedigno.

Demostrar de lado de quién está lo verdadero no solo es una meta loable y necesaria, sino imprescindible, cuando de transformar nuestras realidades se trata. Echar mano de la virtud de lo contundente y lo irrebatible, marcaría entonces la diferencia entre lo ilegítimo y lo veraz.

Por acá, pensar y dejar pensar resulta casi utópico. Considerar las tesis ajenas, con la misma pasión con que atendemos las propias, es prácticamente una categoría en fase de extinción.

Llaman la atención entonces los apelativos indecorosos, a falta de pruebas tangibles, contra un oponente, que al parecer lo único que merece es ser relegado para siempre a la inexistencia.

La necedad de lo unánime ha contaminado y casi aniquilado las ansias de diversidades, por cuanto el discurso inclusivo hizo sus maletas para marcharse definitivamente, cuando un puntapié miserable y acusador lo desterró a lejanas tierras.

El radicalismo inflexible del mono-pensamiento ha ocasionado demasiadas víctimas. Hacer oídos sordos a la propuesta inteligente, aunque divergente, ha sido dogma y divisa de unos pocos, pero poderosos equivocados.

El colapso de la iniciativa ha dejado como secuela el eco estrepitoso de una nación en ruinas, por cuanto el condicionamiento incondicional al irrespeto y el diálogo pacífico, ha establecido su señorío en las mentes tiranizadas. La muerte de lo privado, en el altar del sacrificio de lo colectivo, ha menoscabado la independencia, sello distintivo de lo individual, al tiempo que la imposición irracional se ha apoderado de lo vital, hasta la sofocación.

Desprestigios y desacreditaciones es a lo más «sublime» que pueden aspirar quienes, por la escasez de argumentos, intentan borrar del ámbito nacional, a esos que, más allá de los estigmas y las afrentas, prefieren contra todas las banderas, entrar a través de la puerta estrecha y transitar por el camino angosto, con tal de derribar al Goliat de nuestras miserias.

Una onda en manos de un David aparentemente inofensivo sería suficiente para remover definitivamente a ese gigante, que no tiene otras opciones que amenazar, gritar e intimidar.

Para deponer al insensato, no podemos jugar sus juegos ni mucho menos emplear sus armas. Eso sería un fracaso anticipado. Son tiempos de recapitular y de reconsiderar los métodos. Ellos lo saben muy bien. Más peligroso es quien enseña a pensar, que quien hace uso de la fuerza bruta, el insulto, o incluso, la lisonja. Las armas de nuestra milicia no son las de ellos. Si aspiramos a protagonizar los cambios que nuestra agonizante patria necesita, desechemos la desvergüenza, y armémonos de los argumentos, el diálogo, y la razón.

Al final, podrán decir de nosotros lo que quieran, podrán intentar hacer con nosotros lo que quieran, pero si les quedara, aunque fuera una exigua dosis de dignidad, tendrán que reconocer que los argumentos que esgrimimos son grandes, porque, entre otras razones, son los argumentos de la mayoría.

A un hombre podrán encerrarlo, desaparecerlo o acallarlo. Sin embargo, sus ideas y ejemplo se resisten al enclaustramiento de una prisión o de una bóveda. La luz que el sol irradia surca el espacio a una velocidad extraordinaria. El destello de un argumento sincero, llega a donde ni siquiera la luz puede llegar. La luz da vida y calor. Los argumentos despiertan y liberan.

Dios en Su Misericordia hace salir su sol sobre malos y buenos. Permitamos que nuestros argumentos se dejen sentir en todas aquellas personas que nos rodean. En definitiva, nosotros también somos luz en este mundo.

 

 

 

 

 

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Carlos Raul Macias

Nací el 19 de diciembre de 1971. Me gradué como doctor en medicina en 1996 y de especialista en primer grado en Medicina General Integral en 2002. Cursé estudios en el Seminario Teológico Metodista, donde me licencié en Sagrada Teología con título de oro en 2014. Soy miembro del Movimiento Somos Más. Actualmente estoy trabajando en la propuesta cívica independiente Por Otro 18. Me desempeño como pastor de una iglesia en Jagüey Grande, provincia de Matanzas. Escribo para diferentes medios independientes, con el propósito de reflejar la realidad de mi país, y hacer propuestas objetivas.

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One comment on “Argumentos
  1. Muy buen articulo,se que no soy capas de escribir asi,mi mundo fue entre otras cosas, el de las maquinas,la docencia,y por untimo la direccion de empresas,como entrenador.Dentro de este mundo, se nota que ha prevalecido,la comunicacion humana,fueron 26 a;os en esta profesion,y eso me marco para e;l resto de mi vida,que ya es un poquito mas larga que la suya,68 años,dada esta formacion, difuero en una parte, de lo que usted plantea,y es la forma de comunicarse con los demas, ya sean,de tus ideas o las contrarias,para que la comunicacion exista,hay que actuar en la misma frecuencia,esto sin deteriorar los principios democraticos,sin ofensas ni gritos,pero ante el absurdo,el pensamiento creativo, que es su máxima expresión,choca ante una barrera infranqueble,y la tactica que siempre he utilizado ha sido, la de sintonizar en la misma frecuencia,para que me entiendan.
    Si no partimos de que ni ellos se creen la mayoria de sus argumentos,y que los usan solo para defender eso que han creado,que es lo único que los salvaguarda de no perder el poder.
    Por otro lado,no he visto analisis de el entramado,de Cuba con otros paises, unos que estan por debajo,cubriendoce con la sombra, y otros por encima, dando sombra,este ultimo es para mi la antigua URSS,hoy Rusia,que no ha renunciado a sus planes,y estoy seguro presiona a los que hoy dicen mandar en Cuba,por algo le condonaron la deuda,de gratis, no lo creo, eso es a cambio de algo,y por el otro lado estan aquellos que reciben la sombra,y a cambio, dan recursos tambien, hay compromisos que van mucho mas lejos de lo que se cree, y contra eso tambien hay que luchar,son los que tienen aquello apalancado,y son capaces de todo,hay que desenmascararlos,para mi esa es una tarea muy importante.
    Esto que he tratado de escribir,es solo para dar elementos de mi experiencia sobre este macabro experimento social,que esta bien engranado, la lucha no es contra un grupito de delincuentes de baja calaña, la lucha es contra ese monstruo,y dejar de reconocer contra quien se luchar es perder la batalla, no se pueden subestimar,ellos serian capaces de ensangrentar el pueblo antes de soltar el poder,y lo inteligente es lograr que eso no ocurra, ya que la vida de cada cubano humilde, vale mas que la de todos ellos juntos,a ellos nunca le hemos importado para nada, hemos sido solo fichas bien manejadas.

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