¿Qué pasaría si…?


Por: Leonardo Neninger

Casi todo lo que analizo lo llevo al marco familiar dado que resulta más fácil de comprender lo planteado, además, es un plano que consigo dominar en cierta medida.Como Ingeniero en Software, todo tiene que tener un basamento lógico según mi modo de analizar las cosas.
También me gusta analizar las causas y no solo las consecuencias.
Considero que, además, soy imperfecto.

¿Por qué no quise formar una familia en Cuba?

Vivía con mis padres y mi salario -aunque “bueno” en comparación con el de muchos cubanos- no me alcanzaba para lograr mis objetivos y no tenía cómo mejorarlo a la altura de lo que yo esperaba.

Después de cinco años en Brasil, me dirigí a Estados Unidos donde pasado tres años pude obtener un ingreso que, planificándome debidamente, me permitiera alcanzar mis metas. Nunca fue mi objetivo venir para Estados Unidos, pero se me presentó la oportunidad e intento no perder ninguna.

Fui uno de los últimos en mi clase en la universidad CUJAE en La Habana. Aunque no repetí ningún año, sacaba notas que apenas alcanzaban  para aprobar por lo cual pasé trabajo para graduarme. Después que llegué a Brasil, me dediqué a la programación hasta la actualidad. Después de ocho años como programador profesional, puedo decir que tengo buen conocimiento técnico y un salario acorde. Me encanta la programación (desarrollo de software).

Dicen que en Estados Unidos estamos amarrados a los bills (biles), pero eso lo dicen los que no tienen una estrategia lógica de suceso o no tienen el coraje de seguirlo.

En mi casa los gastos son sumamente calculados: tenemos solo un televisor (como en Cuba), no visitamos las tiendas a no ser para comprar comida y otros productos de primeras necesidades.

Ya abrimos una empresa que nos permitió refinar la estrategia económica. Mi esposa está estudiando formas de inversión y calculamos que en tres años con los dividendos obtenidos de las inversiones, ya pueda cobrar un salario completo. Esto tiene “sacrificios” por supuesto, pero lo más importante es que estamos pensando y actuando en una única dirección.

Nuestro hijo ha incluido términos en su vocabulario como: “trabajo”, “inversiones”, “W2”, “no desistir”. Frases como: “en la vida todo es posible”, “los businessmen tienen que cuidar a los empleados” (refiriéndose a él), “hay que pensar con mente positiva”, “yo quiero ser inversionista” (refiriéndose a las cuatro posibilidades presentadas en el cuadrante del flujo de dinero de Robert Kiyosaki)… y que conste que él solo tiene seis años. Está repitiendo lo que escucha en casa, pero eso es lo que escojo hablar con mi hijo para hacer que mi tiempo con él valga la pena.

Sabemos que algunos cubanos consideran a Fidel y los dirigentes cubanos mesías o padres de una patria salvada en el año 1959. También sabemos que se puede medir la calidad de vida de un país tomando como referencia la calidad de vida de su célula básica: la familia. Pienso que es interesante comparar lo que se hizo y hace en Cuba con lo que pudiera pasar con mi familia si se liderara de la misma forma.

Qué pasaría si …

– ¿Tuviera el único televisor de la casa y no dejara a mi hijo verlo, o solo dejara que viera los canales que a mí me interesen y agraden mientras que él pudiera ver los canales que le gusta solo en la casa del vecino?

– ¿Pasara el día diciendo que la culpa es del vecino cuando perdiera mi trabajo?

– ¿Mi hijo me dijera que el vecino abrió una empresa y yo le contestara que tener negocio es malo y que el vecino piensa solo en dinero?

– ¿Comenzara a pedirle dinero (azúcar, frijoles u otros productos) a ese vecino que abrió una empresa después de estar yo varios meses sin trabajo?

– ¿Trajera a un amigo a vivir por un tiempo en la casa sin consultarle a los miembros de mi familia, incluyendo a mi hijo de seis años?

– ¿Diera a ese amigo un cuarto con un refrigerador aparte, un televisor aparte y una conexión a internet que solo él y yo pudiéramos disfrutar (teniendo en cuenta que mi esposa y mi hijo me pedirían tiempo para uso de la internet)?

– ¿Ocultara información -buena y mala de lo que pasa en el mundo- incluyendo noticias malas acerca de mi propio amigo que está viviendo en la casa?

– ¿Mi hijo y mi esposa pudieran conectarse a internet en la casa del vecino (que abrió la empresa) y pudieran acceder a las noticias buenas y malas (incluyendo las noticias malas acerca de mi amigo que está viviendo en la casa)?

– ¿Dijera que el que manda en la casa soy yo cuando mi hijo o mi esposa cuestionaran mis decisiones?

– ¿Saliera con mis amigos todos los viernes y después de ver que el dinero no es suficiente para los gastos de la casa, le dijera a mi esposa que ella tiene que trabajar más?

– ¿Pudiéramos salir al balcón de la casa solo mi amigo y yo -donde da un sol agradable en la mañana- y de preferencia con cerveza en mano?

– ¿Comprara cerveza, cigarros, jamón serrano y hasta renovara el carro cada seis meses solo para mi consumo, y cuando mi hijo me pidiera un juguete nuevo o mi esposa una salida a cenar, les dijera que no tengo dinero?

– ¿Colocara imágenes mías en las paredes de la casa?

– ¿Fuera mi hijo a trabajar a la empresa del vecino y yo le dijera que debe aportar dinero para mantener a su madre?

– ¿Me ofreciera el vecino un trabajo mucho mejor remunerado pero yo no lo aceptara porque es “mi vecino malo que tiene una empresa”?

– ¿Después de sacar las cuentas mi esposa, me demostrara que ese trabajo pudiera resolver los problemas económicos de la familia y mejorar nuestro estilo de vida y yo entonces le respondiera que nosotros como familia no necesitamos la ayuda de ese vecino enemigo?

Si yo fuera mi esposa:

– Me divorciara o llorara porque no pudiera hacerlo debido a que mi salario fuera muy bajo y no pudiera permitirme divorciarme.

– Estuviera amargada y disgustada desde que mi esposo llegara del trabajo hasta que se fuera en la mañana siguiente, y en una zozobra desde que se fuera en la mañana hasta que llegara luego a casa.

– Me enfocara en la crianza de mi hijo e intentara reducir la influencia negativa de mi esposo.

– Buscara formas de ganar dinero y algunas veces de modo descontrolado. Mis patrones de referencia pasarían a ser las amigas y por consiguiente los esposos de mis amigas, o sea, cualquier otra persona fuera de mi casa.

Si yo fuera mi hijo:

– Pasara mi vecino a ser mi referencia de líder y no mi padre.

– Pasara horas interminables en la casa de mi vecino.

– No quisiera hablar con mi padre (esto se haría más evidente en la adolescencia, puesto que los niños son inocentes y no entienden sus pensamientos).

– Creciera sin saber qué hacer ni definir metas -al menos lógicas o viables- aunque probablemente el vecino u otra persona se tomaría el trabajo de guiarme.

– Aprendiera a comportarme como mi padre o peor que él ya que los hijos tienden a imitar a sus padres. Me convertiría, por tanto, en un ser despreciable.

– Viera a mi padre no como un consejero o amigo sino como aquel que me crió y dio de comer (frase repetida por él una y otra vez).

La Física contra el Alfabeto y la Matemática. Reflexión (y no soy Fidel):

– ¿Por qué aceptamos que el gobierno nos haga acciones que nosotros mismos no practicamos en nuestras casas?

– ¿Por qué nos autocensuramos y no le hacemos a ese gobierno las preguntas que tenemos en la mente?

– ¿Nos gustaría no tener internet?

– ¿La internet es un derecho que se tiene solo cuando se trabaja para el gobierno?

– ¿La familia viviría con 60 dólares al mes… sin hacer uso de los beneficios?

Creo que en sesenta años, estos gobernantes han corrompido la esencia de la patria, o sea, la esencia de la familia, la esencia de ese átomo social llamado ciudadano. Y creo también que no ha sido por error, es un cálculo frío asociado 100% al poder.

Dividamos el poder de un país en dos:

– El de la toma de decisiones: este se calcula en porciento y llega a 100. Es el poder de cambiar las cosas, de que las voces de los ciudadanos del país sean escuchadas, es la fuerza que rige el destino de las familias llegando hasta el destino del país.

– El de los resultados de las decisiones: este tiene su cifra en recursos y una buena aproximación es el dinero, la economía.

Digamos que los gobernantes tienen el 100% del poder de decisión. Pues los ciudadanos tienen 0%, y claro, su poder económico también es cero. En estas condiciones los gobernantes pueden mantenerse en el poder sin intervención de los ciudadanos. Si lo hacen bien o mal, igualmente se mantienen en el poder.

¿Qué pasa si los gobernantes entregan el 10% del poder de decisión a los ciudadanos y se quedan con el 90%?

Ahí el alfabeto pierde contra la física: con 10% de poder, los ciudadanos comienzan a tener ideas, las ideas se convierten en negocios, los negocios se transforman en dinero para el ciudadano, que se transforma en porcentaje de poder de decisión. Por consiguiente, después de un tiempo, ese 10% pasa a ser 20%, 30%, etc. Teniendo los ciudadanos un 30% del poder de decisión, el sistema colapsa (al menos como fue originalmente concebido) y los gobernantes pierden la condición de mayoría en la toma de decisiones del país, corriendo el riesgo de ser sustituidos por otros.

Es por eso que:

– A los cubanos no se les permite ser dueños de empresas en Cuba -al menos a gran escala- como hoteles, empresas de ingeniería, etc. Están solo habilitados para tener negocios al estilo feudal de modo que los inversores extranjeros son quienes tienen potestad para firmar acuerdos de construcción de importantes infraestructuras económicas.

– La internet está en mano de una empresa dirigida por el partido/gobierno.

– Las medidas económicas de apertura, vienen acompañadas de contramedidas para cerrar.

– Los ingenieros, médicos y demás profesionales que en otros países generalmente perciben sueldos decentes, en Cuba se movilizan en bicicleta (y en ocasiones ni pueden llegar a reunir el dinero para comprarse una bicicleta).

Conclusión: no es el enemigo que nos está atacando, es una matemática fría que ha sido mejorada por más de sesenta años a cuya fórmula se le adicionaron los componentes de los casos de la Unión Soviética. El único objetivo de esa fórmula es mantener a la clase gobernante en el poder y para eso es necesario que los ciudadanos tengan CERO PORCIENTO de poder.

 

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