Medias verdades y mentiras completas.


Por Germán M. González

Comienza la ofensiva mediática de los medios oficiales (únicos) orquestada por la gerontocracia y ejecutada por intelectuales en burbuja –nada ven, nada oyen, nada huelen de los basureros y albañales callejeros− e historiadores que aprendieron de profesores soviéticos a borrar a Trotski −creador y organizador del Ejército Rojo, artífice de la victoria− y crear la “leyenda Stalin” protagonista a la par de Lenin cuando en esa época desempeñaba un papel secundario.

En el órgano oficial (15 de junio del 2018) una escueta nota anuncia que se avanza en la elaboración del proyecto constitucional. Se sabe que con los Castro Ruz él habla cuando quiere, dos o tres piden la palabra y el resto responde interrogantes, El Gran Elector que designa a Díaz-Canel por los próximos 13 años se trasmuta en Gran Legislador y decide textos constitucionales.

Lejos del proceso de la Constitución de 1940 donde los debates se trasmitían en vivo por radio y se publicaban íntegros; los asambleístas elegidos por voto directo representaban todos los sectores, territorios y clases sociales.

Vuelve el tema constitucional la órgano (28 de junio del 2018) en forma de resumen histórico (puro estilo soviético) donde entre las peores omisiones está la del carácter avanzado de la Constitución de 1901, que reconoció derechos proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU 47 años antes que ésta y propició la creación de organizaciones de la sociedad civil –femeninas, sindicales, estudiantiles etc.−cuya acción pacífica logró el reconocimiento legal de otros.

A pesar de que la República no satisfizo todos los anhelos independentistas con esa Constitución Cuba se incorporó a la comunidad internacional con personalidad jurídica anulándose la anexión, recobrando Isla de Pinos y tres bases carboneras, se desembrazó de la Enmienda Platt, todo por medios diplomáticos, y se convocó la libérrima Constituyente de la cual emergió la Constitución de 1940.

La más avanzada de las Constituciones de América −en aquel momento según Granma, realmente hasta hoy− se firmó en Guáimaro el 10 de octubre de 1940. Luego de reconocer algunas de sus muchísimas virtudes ¡Cómo negarlas! comienzan las tergiversaciones: su carácter progresista fue ajena a la presencia de seis estalinistas del Partido Socialista Popular como asambleístas que representaban solo el 7% del total.

Contradictoriamente citan Armando Hart reconociendo: “…expresa el pensamiento político cubano de la década del 40 logrado por consenso público”.

En esa Asamblea debatieron profundos conocedores del pensamiento martiano, de derechas e izquierdas, como Jorge Mañach o Juan Marinello, lo cual explica las coincidencias con el pensamiento económico, político y social del Apóstol.

A partir de ahí los discípulos de Stalin toman la pluma (o teclado), inútil desmentir por partes, solo puntualizar que con el derrocamiento de Batista no era necesario una nueva Ley de Leyes, bastaba cumplir lo prometido verbalmente y suscrito en pactos por Fidel Castro en múltiples ocasiones: restituir la Constitución y su ley Electoral reanudando la vida republicana, el estado de derecho, con división de poderes y democracia plena, ideal por el que muchos murieron o sufrieron prisión y exilio, millones más desde 1959 que en los siete años anteriores.

En el colmo del absurdo justifican la necesidad de otra Constitución con el argumento de que los postulados progresistas de la del 40 estaban por instrumentarse aún.

En este punto vale la pena ceder la palabra a José Martí: “Los Estatutos (1) puede ser que tengan alguna deficiencia ¿Y por qué no? ¿No las tuvo el código más sublime que han escrito los hombre, la constitución norteamericana que tiene quince enmiendas (2)?

Bajo la Ley Fundamental de 1959 (“provisional” durante 17 años) y la constitución de 1976 Cuba pasó de 500 millones USD como reserva neta a deuda de 70 mil millones (3), se quedó sin marina mercante y de pesca, produce el 10% del azúcar, perdió 5 millones de cabezas de ganado vacuno, decenas de miles de cubanos perdieron la vida y millones han emigrado, entre otras pérdidas que meritan un grueso ensayo para cuantificarlas.

Comparar lo logrado política, económica y socialmente durante la imperfecta pero perfectible República democrática con lo sucedido en los sesenta años posteriores no es difícil, solo consultar el prólogo del último documento programático del partido&gobierno (4) el cual con inédita sinceridad describe el tétrico cuadro socio económico actual −con eufemismos y omisiones− e increíblemente propone más de lo mismo que nos ha traído hasta aquí, incrementado.

(1) Del partido Revolucionario Cubano.
(2) Obras Completas, t 4 p 375
(3) Condonada o “reconvertida” en parte, pero contraída.
(4) Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista.

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2 comments on “Medias verdades y mentiras completas.
  1. Muy buena publicación. Agradezco materiales como este que puntualizan en las grandes pérdidas que ha tenido el pueblo de Cuba. Viva Cuba Libre es lo menos que nos queda por decir.

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