EL SENTIMIENTO DE JUSTICIA, ESE SOL DEL MUNDO MORAL

 

José de La Luz

 

 

Por Maykel Aledo

«¿Qué es ver la luz, y celebrarla de lejos, si se la huye de cerca? ¿Qué es pensar sin obrar, decir sin hacer, desear sin querer? ¿Qué es aborrecer al tirano, y vivir a su sombra y a su mesa? ¿Qué es predicar, en voz alta o baja, la revolución, y no componer el país desgobernado para la revolución que se predica? ¿Qué es gloria verdadera y útil, sino abnegarse, y con la obra silente y contínua tener la hoguera henchida de leños, para la hora de la combustión, y el cauce abierto, para cuando la llama se desborde, y el cielo vasto y alto, para que quepa bien la claridad?» [1]

Para los que ardemos en ansias de ver una Cuba mejor, tres cosas debieran ser esenciales: una, que el único medio seguro de realizar ansias y sueños es la acción; dos, que la acción en los tímidos debe lograrse con arduo trabajo de gestación natural y laboriosa que resulte en educación y conciencia que les sacuda el temor o la apatía; y tres, que los cambios solo valdrán el sacrificio si desde la génesis traen ya los gérmenes de preparación, que en la hora de la arremetida, no sólo señalen el daño y las ansias generosas de ponerle remedio, sino que enseñen remedio blando al daño, porque hasta “el derecho mismo ejercitado por gentes incultas se parece al crimen”, y porque hay que estar prevenidos, desde esta hora de gestación, contra la «soberbia y rabia disimulada de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados.”

Esa, y no menos, fue la obra sagrada que realizó el Apóstol para la Revolución del 95. Pero  esa fue también, y aún no es conocida por todos, la contribución tremenda que hizo a la Revolución del 68, uno de nuestros padres fundadores: José de Luz y Caballero. Hoy precisamente se cumplen 154 años de su muerte. Martí escribió sobre este hecho: “Por dos hombres temblé y lloré al saber de su muerte, sin conocerlos, sin conocer un ápice de su vida: por Don José de la Luz y por Lincoln.”

Todo cuanto pudiera decirse sobre Luz, por una cuestión de espacio no podríamos decirlo aquí, pero algunas verdades esenciales y útiles para la hora presente y futura quizás sean las más necesarias.

Conocido como el silencioso fundador, mucho debemos aprender de él, sobre todo su trabajo educativo al frente del mejor centro educativo que hasta hoy tengamos noticia en toda la historia de Cuba: el colegio El Salvador.

¿Cuántos de sus discípulos y alumnos se incorporaron al campo insurrecto? Baste mencionar unos pocos: Manuel Sanguily, Luis Ayestarán, Honorato del Castillo, Antonio Zambrana… y para no seguir solo uno más: Ignacio Agramonte.

Cuenta Martín León que «cuando Céspedes lanzó el grito de Yara, hasta los muchachos de 14 años que no podíamos con el rifle nos fuimos a la manigua. Estaban caldeados nuestros corazones por la palabra de Don Pepe “.[2]

Luz quiso inculcar, más que ninguna otra sabiduría, la conciencia de lo justo y de lo injusto y la verdadera dimensión de la libertad y para ello defendía el paradigma: Todas las escuelas y ninguna escuela, he ahí la escuela; todos los métodos y ningún método, he ahí el método; todos los sistemas y ningún sistema, he ahí el sistema decía, evidenciando un método abandonado en Cuba: el electivismo.

Los cubanos de buena voluntad debemos llevar estampada en nuestra frente, como con hierro candente, aquel anhelo de Luz, cuando en una noche memorable, caldeada por una indescriptible emoción y muy quebrantada ya su salud, alzando los brazos trémulos a lo alto exclamó: «Antes quisiera yo ver desplomadas, no digo yo las instituciones de los hombres, sino las estrellas todas del firmamento, que ver caer del pecho humano, el sentimiento de justicia, ese sol del mundo moral”.[3]

[1] José de la Luz y Caballero. José Martí.

[2] Cintio Vitier. Ese Sol del Mundo Moral

[3] Idem

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Maykel Cesar Aledo

Nací en 1981, de Artemisa, Cuba. Licenciado en Educación en el ISP: Rubén Martínez Villena. En Cuba ejercí como profesor de Historia, Director de Secundaria Básica y como Director de Preuniversitario. Y durante mis últimos años en Cuba trabajé como Presidente Provincial de la Sociedad Cultural José Martí y como fundador y Vicepresidente del Consejo Nacional de Jóvenes Plaza Martiana ( Consejo disuelto por miedo a la fuerza y debates que iba creando el creciente grupo de jóvenes). Actualmente vivo en la Florida y trabajo como Empresario Independiente, y soy Vicecoordinador del Club cívico del movimiento en el Florida. Decidí formar parte de Somos+, porque es lo más parecido que he encontrado en los tiempos modernos (lógicamente salvando las distancias), con el espíritu del PRC de Martí. Movimiento con visión fresca, renovada y moderna, que va agrupando con fuerza creciente, cientos de miembros y miles de simpatizantes; cubanos de buena voluntad para con nuestra Patria, que andamos esparcidos por todo el mundo. Movimiento que va cobrando, a fuerza de valor y dignidad admirables, espacio con los cubanos de adentro. Movimiento que abre los brazos a todas las generaciones, y en el que a pesar de ser mayoría los jóvenes, ha hecho suya, la convicción martiana, de que no hay más viejos que los egoístas. Y sobre todo, formo parte de Somos+ por varios principios fundamentales: Porque promueve el diálogo, la paz y la reconciliación nacional; porque no es financiado por otros que no seamos nosotros, sus miembros y simpatizantes; porque no acepta ordenes de ningún poder ajeno a sí mismo; porque está de acuerdo con la normalización de las relaciones entre EEUU-Cuba; porque no está de acuerdo con el Embargo impuesto por EEUU a Cuba; y porque se ha decidido no solo criticar y oponerse, sino ser parte del cambio que queremos ver en Cuba. La única forma de obtener resultados diferentes es empezar a hacer cosas deferentes a las que nos han impuesto por más de medio siglo. Es hora de acabar con la política de con unos pocos y supuestamente para el bien de todos y acabar de poner en práctica la fórmula del amor triunfante: !con todos y para el bien de todos!

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One comment on “EL SENTIMIENTO DE JUSTICIA, ESE SOL DEL MUNDO MORAL
  1. Este escrito me llega al alma. El sentido de justicia e injusticia, el sentido de pertenecía y de amor a la patria necesita ser restaurado en nuestro país. Es difícil encontrar estas virtudes juntas en los cubanos de hoy en día. El individualismo y el conformismo han entrado al tuétano, la gente dejo de creer que puede vivir creyendo en días mejores, en vivas mejores, en espacios, en patria inmune de vicios, engañó, corrupción y servilismo. Este escrito es un llamado al sacrificio, a la conciencia, a la razón para que se cultive uno de los dones más importantes del ser humano: el sentido de pertenencia, el sentido del amor. Yo vivo y tengo fe en mí país, en mi gente por eso espero tiempos y personas mejores.

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