Por: Gretther Yedra
El Realismo Socialista es un estilo generado en la Unión Soviética en la década de 1930 con fines propagandísticos y que se difundió a otros países comunistas después de la II Guerra Mundial. Dicho movimiento, se fraguó en la extinta URSS durante la época de José Stalin y el primer paso hacia su establecimiento oficial fue en 1932, cuando el Comité Central del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética) decretó que todos los grupos artísticos independientes se disolvieran en favor de las nuevas formaciones controladas por el reciente Estado. El arte debía ser accesible a las masas y tener un propósito social. En severo contraste con el ambiente de la vanguardia de la década de 1920, todo arte formalista y progresista fue censurado como capitalista y burgués y desprovisto de cualquier relevancia para el proletariado.
La URSS también impuso el realismo socialista al nuevo bloque de países del Este. Sin embargo, con la muerte de Stalin en el año 1953 y el declive de su reputación bajo Nikita Jruschov, el realismo socialista se transformó en un estilo menos fuerte aunque permanecieran ecos de la estética oficial. También se extendió a China, donde fue el único estilo aceptado hasta la muerte de Mao Zedong en 1976. Con la disgregación del bloque comunista a fines de la década de 1980 el realismo socialista decayó. Pasó a ser utilizado de forma irónica en algunas obras, y a criticar el antiguo sistema comunista. ¿Cómo se vislumbró en Cuba? En las famosas palabras pronunciadas en el Congreso de Educación y Cultura (1971), Fidel expresó:
– “Los medios culturales no pueden servir de marco a la proliferación de falsos intelectuales que pretenden convertir el esnobismo, la extravagancia, el homosexualismo y demás aberraciones sociales, en expresiones del arte revolucionario, alejados de las masas y del espíritu de nuestra revolución. – La cultura, como la educación, no es ni puede ser apolítica ni imparcial….El apoliticismo no es más que un punto de vista vergonzante y reaccionario en la concepción y expresión culturales. – El arte es un arma de la revolución, un producto de la moral combativa de nuestro pueblo, un instrumento contra la penetración del enemigo”.
¿De qué manera se manifestó la influencia del Realismo Socialista Ruso en las distintas esferas intelectuales de Cuba?
En la Literatura: Las influencias literarias mal adquiridas de lo peor del realismo socialista, la politización de la cultura cubana hasta niveles que propiciaron el esquematismo y la creación de «modelos literarios permitidos» por la lucha ideológica del momento (fenómenos hoy reconocidos por las autoridades culturales y políticas cubanas), entre otras muchas causas generalmente de origen no cultural, convirtieron a los años que transcurren entre 1972 y 1980, aproximadamente, en una tierra estéril.
#Cuba Esta política cultural afectó la totalidad de la producción literaria cubana Clic para tuitear
Aunque en los años sesenta surgió una narrativa inspirada en la Revolución temática, estructural y estilísticamente audaz, pronto la reiteración de los asuntos, los personajes y la forma le restaron efectividad. En casos extremos, se recurrió a fórmulas que siguieron insistiendo en los mismos referentes, con una visión parcial de la realidad. De acuerdo con las pautas del realismo socialista promovido por la política cultural, el relato debía ostentar un tono épico, beligerante y aleccionador. Empero, tal política cultural afectó la totalidad de la producción literaria cubana. La recreación mimética de la realidad, junto con la rigidez de una política editorial que tendía a censurar lo que se desviara de la norma establecida o que suscitaba la auto-censura inspiraron la ya conocida frase del “Quinquenio gris”.
Narrativa: Sólo siguieron destacándose algunos nombres surgidos antes de la Revolución y en la época dorada ya mencionada, destacándose la obra de Dora Alonso, Onelio Jorge Cardoso, Reynaldo González, José Soler Puig, y surgiendo algunos nuevos nombres entre los cuales la crítica destaca la escasa creación (interrumpida por la muerte a los 30 años) de Rafael Soler (hijo de Soler Puig), con dos colecciones de cuentos imprescindibles para la historia de la narrativa de la Revolución: Noche de fósforos y Campamento de artillería.
Novela: El escritor comienza a valorar y expresar la realidad a través de una óptica socialista más estructurada, de esta manera aparecen obras como Sacchario (Miguel Cosío) y La última mujer y el próximo combate (Manuel Cofiño). En estos años comienza a desarrollarse una modalidad genérica que tuvo una amplia aceptación, la novela policial, cuya temática principal sería el enfrentamiento de la sociedad con el enemigo externo e interno, con los agentes del imperialismo y con el lastre del pasado, donde el pueblo es el principal protagonista.
En algunos casos, esta modalidad se abre a asuntos relacionados con la lucha de los órganos de la Seguridad del Estado con la Revolución a veces con apoyo documental, otras, gracias a la imaginación del escritor. Entre las obras reconocidas se encuentran Los hombres color del silencio (Alberto Molina), El cuarto Círculo (Guillermo Rodríguez y Luis Rogelio Nogueras) y Joy (Daniel Chavarría). Así se exaltaba la figura del héroe social por encima del individuo. Surgió el “tojosismo” o resurgimiento con mucha fuerza de los temas rurales y de una mirada muy especial al campo, del que fuera Roberto Manzano su mejor representante.
Los intelectuales cubanos, todos sin excepción coinciden en que de Quinquenio gris, nada: un decenio, largo, y muy negro. Años en los que se sufrió mucho. Algo que no podemos permitir que vuelva a asomar.
Ese pacto tácito de silencio que represores y represaliados guardaron durante tres décadas sobre aquella oscura etapa, no puede resurgir nuevamente. No es hora de temor, o de silencio, sino de unidad para evitar cualquier intento de retrotraer los tiempos y que la historia intente repetirse. La caja de Pandora la abrieron ellos, otra vez, y son quienes deben temer a nuestro dolor, excusarse ante nuestras cicatrices y callar.
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Gretther Yedra Rodriguez

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Como ya han comentado, es muy triste.
Casi puede decirse que la única diferencia entre la URSS, Cuba y China es el calendario de aplicación.
Según adquirían experiencia, más rápido.
Interesante y un esquema muy instructivo.
Que triste historia,pero esta se repite en todos los campos de la vida en Cuba,fue un plan muy bien elaborado,donde todo lo que pudiera representar una fuerza contraria a lo que querían hacer, fuera reprimida hasta el infinito,así fue con los deportes, con la salud humana, con la educación de los niños,con la recreación,y así lograron torcer el pensamiento humano de tal forma,que lo absurdo se transformara en la razón,y la verdadera razón en contrarrevolución. Y en esto esta el peor daño, que lograron hacer,y en lo que hay que enfocar los cañones, de la reconstrucción del pais,la reconstrucción material, es simple comparada con esta.
Muy acertado mencionar que el Realismo Socialista impactó no solamente las esferas política y cultural sino también aspectos muy concretos de la vida del cubano, como los deportes, la salud y la recreación.
También has mencionado una inmensa verdad que, personalmente, siempre me lleva a un caos de ideas y a un (quisiera poner aquí un sólido «aparente») callejón sin salida: «la reconstrucción material, es simple comparada con esta».
Buen comentario. Como para escribir otros artículos ampliando ,el tema.
Saludos.