Cuba se muere asfixiada y sometida por la tiranía castrista y mientras tanto, los santiagueros salen en tromba a “celebrar”, arrollando por las calles de la miseria, una Conga cargada de un rebaño de marginales.
Por Arturo De Armas Lago, 24 Jul 2024 – 10:36 CEST
Este fin de semana pasado hemos sido testigos de cómo decenas de miles de personas salían por las calles de Santiago de Cuba a “celebrar” con la legendaria Conga de los Hoyos.
En otro contexto abundaría sobre una de las tradiciones más arraigadas de la capital del oriente cubano, pero me temo que en la situación actual que vive el país, y en especial la yace en la región oriental, el tono de mi reflexión será otro y muy distinto.
DEPRIMENTE es la primera palabra que me viene a la cabeza; también me llega corriendo la palabra VERGÜENZA; y es que las escenas que presencié, me llevaron al momento, mucho más allá de la indignación total y se apropió de mi un sentimiento, primero de repulsa y después de honda tristeza, por ver a este mar de gente descompuesta, que al compás de tambores y trompeta china, se deleitaban rodeados de un escenario, donde se pasea a sus anchas, la peor de la miserias.
Si para algo bueno sirve este circo santiaguero es para demostrar, con un ejemplo irrefutable, el resultado final del experimento que la “involución cubana” del 1959 llamó: EL HOMBRE NUEVO.
Aquí vemos a miles de personas acéfalas y enajenadas, que cubren como pueden sus cuerpos anémicos con harapos y colgajos; personas que van llenando sus hígados con grandes dosis de Alcolifan y “Kímico” para escapar –aunque sea una tarde- de la realidad pestilente que cada día los aplasta.
Muchas de los que allí participan quizás piensan como pensaban nuestras generaciones de antaño: Piensan que con esta demostración popular se va a poder mostrar “un orgullo ciudadano”; que una vez más se va a poder lucir una marca de identidad autóctona, que se va a sacar a la luz los mejores cantos de nuestra idiosincrasia y de nuestro sincretismo; que se va a poder mostrar la locura rítmica de la música oriental, que todo el mundo podrá deleitarse con el contoneo inigualable de caderas de nuestras mujeres… y así un largo etcétera.
Por desgracia, no hay nada más lejos de la verdad…
Hemos terminado de asistir a la culminación del Plan más macabro que ha puesto en práctica la Dictadura Cubana: La Haitianización de nuestra sociedad.
La durísima inestabilidad económica provocada por inventos parlamentarios en una Asamblea Nacional títere y sin base académica alguna, la destrucción del tejido social con la desmembración orientada de la familia y los éxodos masivos pre-diseñados y ejecutados con precisión matemática; el escaso o nulo nivel educacional y cívico de la adolescencia y de la juventud cubanas, la pésima Administración Pública con la corrupción instalada en el ADN de todas y cada una de las instituciones y organismos del Estado. A eso hay que sumarle una precariedad crónica e insostenible que sufre el pueblo cubano, cuyo desgobierno mantiene -por la fuerza- a más del 85% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza extrema.
El Partido Comunista de Cuba ha cumplido con éxito su plan estratégico: Convertir una de las naciones más prósperas de nuestro hemisferio en 1959 en una tierra improductiva, solariega, corrupta y lo más triste: desconocedora de su propia historia.
Hoy Cuba vive una de las crisis económica, política y social más graves del planeta, y que para colmo de males se ha visto agravada en los últimos años, por una terrible ola violencia que se ha desatada en las calles, como resultado de la combinación letal de los factores antes expuestos.
Si a eso le sumas la falta de oportunidades, de empleo, de crecimiento profesional y personal y la ausencia total de esperanza (salvo optar a una salida definitiva de la isla)… entonces la vida -tal y como la conocen estas personas- se limita a un buche de alcohol, alguna droga barata y “echar un palo” al aire debajo de un poste, para que, a la mañana siguiente, después de la resaca y dolor de cabeza, salir a la calle a “luchar una búsqueda” para tener “un escape” que “le salve el día” y así tener “algo” que poner en la mesa y que sus hijos puedan llevarse a la boca…
Estas son las circunstancias en que vive el cubano de a pie; el ciudadano o el campesino más humilde… entonces me pregunto: ¿Esto los convierte en víctimas, o en cómplices de su propia realidad?
Creo que la respuesta está más que clara. ¡Son ambas cosas!
Primero son víctimas de una realidad impuesta “contra natura”, y que ha sido “cultivada” por décadas por un régimen criminal y totalitario. Es conocido el daño antropológico que corre por las venas del cubano de a pie y el Síndrome de la Indefensión Adquirida, que muchos ni siquiera sospechan que llevan en sus genes.
Esta es la obra maestra de los criminales Castros; este es legado que ha dejado para nuestra sociedad el Coma-andante y el tirano moribundo de su hermano Raúl. Esta es la puesta en escena de los Emperadores de Cuba; con ella pretenden demostrar al mundo entero su indulgencia y su benevolencia, al dejar que la “plebe barriobajera” –como ellos mismos la definen en sus fiestas a golpe yates privados y whiskey de 25 años- salga a la calle y “retoce” un rato chancleteando calle arriba y calle abajo… eso sí, muy bien escoltados por centenares de policías con armas, Brigadas de Respuestas Rápida con sus respectivos palos y bates en mano dispuestos a rajarle la humanidad a cualquiera que intente alzar la voz por Cuba… y por si no fuera suficiente, también “se suman a la fiesta”, las Tropas Especiales de Asalto “Avispas Negras”, que al no tener contenido alguno de trabajo en su preparación combativa, tienen que “recrear” los escenarios terroristas y militares con un pueblo llano, desarmado, e indefenso.
Nada “que así es de justa la revolución cubana”_ diría un amigo cercano con su siempre ácida y profunda ironía.
Estoy convencido que nos costará dos o tres generaciones enderezar el cauce de nuestra patria. La tarea será inmensa, casi de proporciones bíblicas. Hoy por hoy creo que tumbar de una vez la dictadura y echarles del poder al Partido Comunista será la tarea más sencilla –aunque parezca mentira- si se compara con la tarea de la re-generación de una sociedad completa, la cual hay que rehacer con nuevos y más profundos cimientos.
Por suerte sé que hay muchos cubanos nobles que están dispuestos a seguir empujando para que ese futuro nos llegue cuanto antes y que nuestros compatriotas puedan estar mucho más cerca de lo que define por sociedad, y no la jungla indescriptible y maloliente donde hoy todos respiran.
Ahora solo puedo pensar en… ¿Qué pensará José Daniel Ferrer desde la mazmorra donde la Dictadura le mantiene ilegalmente privado de libertad y el resto de nuestros Presos Políticos? … cuando sus carceleros les muestren durante esta semana las imágenes del pueblo –hambriento y oprimido- festejando en las calles, en un enésimo intento por quebradles y desmoralizarles…
La vergüenza ajena me invade; ya no escucho ni las tumbadoras, ni el cencerro, ni la trompeta china… yo solo “escucho” el silencio de los carneros… ¡Por eso también son cómplices!
A continuación varios vídeos tomados por los propios santiagueros el pasado fin de semana durante la «celebración» de la Conga de los Hoyos:
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