| Recordando la importancia del 11J en la historia cubana reciente.

A tres años de las protestas públicas del 11 de julio de 2021 es importante saber cuál fue el significado de aquella jornada y dónde estamos en estos momentos.

Por Arturo De Armas Lago, 13 Jul 2024 – 11:45 CEST

Foto: Créditos a su Autor

Ahora que arribamos al 3er Aniversario del 11J es importante conocer cuál fue el significado de aquella jornada y dónde estamos a día de hoy. Hay que tener muy en cuenta la gran significancia que conllevó el Levantamiento Popular Masivo y Pacífico en aquel año de 2021, donde quedó inequívocamente demostrado que la mayoría de la población cubana rechazaba un régimen fracasado, criminal y altamente represivo.

La idea de que el cubano de a pie vivía feliz se vino abajo en tan solo 24 horas. La realidad cubana era toda una mentira muy bien fabricada y exportada al mundo entero por los ideólogos del criminal y genocida Partido Comunista.

La gran enseñanza que se reiteró aquel 11J es que nada se consigue de un régimen dictatorial y totalitario sin enfrentarse frontalmente a los mecanismos que lo sostienen en el poder.

Ya hubo conatos previos como “El Maleconazo” sucedido en La Habana en 1994 y lo que conllevó ese estallido de rebeldía capitalina lo vivimos justo después: La reapertura del Mercado Libre Campesinos, el famoso “cuentapropismo”, la circulación libre del dólar, un acuerdo migratorio con el Gobierno de los Estados Unidos y nuevas facilidades para la inversión extranjera… etc.

El régimen cubano fue implementando parches para calmar las ganas de guerra que había entre la población cubana. Ahora acabaron aprobando las famosas MIPYMES y de paso se descentralizaron las Empresas Estatales para cargar la ineficacia e irresponsabilidad mercantil de estas últimas, en un “nuevo actor” que permitiera al Desgobierno del PCC justificar la mala praxis -económica y administrativa- con que históricamente se han desempeñado y que ha sumido a la isla en la peor de las miserias.

También hemos sido testigos de ver la implementación de un plan estratégico diseñado por la dictadura de Castro-Canel para facilitar un nuevo éxodo masivo hacia EEUU, con el objetivo esta vez de librarse de todos los desafectos al régimen y de paso aunar unos cuantiosos beneficios financieros. Así lo concibieron y concertaron con Nicaragua y los cárteles mexicanos próximos a La Habana.

La hasta entonces “creencia” de la gobernabilidad quedó hecho trizas y no han podido recomponer el tablero hasta el día de hoy. Hasta el 11J parecía que el pueblo cubano estaba conforme, si no resignado, a vivir regido por aquel sistema y que la oposición estaba reducida a unos pocos miles de ciudadanos inconformes que estaban agrupados en diferentes organizaciones de la sociedad civil independiente. Sin embargo, ese día se pudo apreciar con claridad que, además de los opositores organizados, había también una amplísima disidencia, entendida como profundo malestar ciudadano que abarcaba a millones de personas a lo largo del país.

La fecha del 11J ya queda sembrada en la historia reciente de Cuba. La idea de que la inconformidad en la isla pertenece a una minoría de opositores cubanos se rompió como búcaro de cristal. Ya se conoce perfectamente que en la Isla hay millones de cubanos que disienten, que están en contra del desgobierno, y así se manifiestan abiertamente y cada vez con menos miedo.

Y aunque muchos dentro de Cuba aún viven en el disimulo cobarde y tirando de la hipocresía pública, se sabe que existen por decenas de miles personas oficialistas que están en contra de la dictadura. Personas que conviven dentro del aparato estatal, que son funcionarios en todos los niveles de la Administración y también en algunos sectores claves militares. Todos son muy conscientes que los parásitos del PCC están devorando lo que queda ya de los restos de una nación, otrora luz del hemisferio occidental.

Foto: Créditos a su autor

Después del 11J el pueblo cubano ya sabe muy bien y sin ningún tipo de dudas, quienes son los criminales que realmente bloquean a Cuba. La población cubana conoce, primera mano o través de las redes sociales, como es la vida de multimillonarios que llevan las élites del PCC y los integrantes de la Junta Militar al mando en la isla; como estas familias se mueven como una casta mafiosa que no para de enriquecerse de manera ovípara junto a toda sus proles, a la cual entrenan minuciosamente desde niños en escuelas especiales dentro de la isla y luego los envían a formarse como profesionales en las Universidades de EEUU y Europa, para que en su regreso puedan estar capacitados para dirigir las propias Empresas que los “papás y las mamás” se han robado, en la mismísima cara de los cubanos .

El cubano de pie vive cada vez más desahuciado, vemos a los combatientes de Angola, comiendo en la basura, a las madres morir en las salas de parto por la incapacidad médica o por infecciones posteriores. Los llantos de los niños cubanos sin pan y sin leche, en una noche calurosa, en pleno apagón y rodeados de mosquitos, ahogan cualquier resto que pueda quedar de la idea de que en Cuba hay una “revolución socialista” por los humildes, de los humildes y para los humildes. El cuento y la mentira llegaron a su fin.

La reacción de la elite de poder en Cuba a todos estos desmanes no ha sido la de sentarse a pensar y reflexionar sobre las cosas que necesitaban cambiarse para enfrentar esta crisis estructural y multisistémica. Por el contrario, ha tratado de responder a la ingobernabilidad con más palo, más represión y mazmorra.

Todo el poder estatal concentrado en un solo sillón tan solo tiene un cometido en la actualidad: Reforzar a toda costa y cueste lo que cueste todas las leyes del país para penalizar la menor expresión de oposición y cualquier conato de disidencia. El Desgobierno de Castro-Canel no ha entendido que la represión puede contener momentáneamente una explosión social, pero no aporta gobernabilidad a mediano y largo plazo.

A tres años vistas del 11J, mientras un hospital se derrumba, nace un nuevo hotel cinco estrellas en los Cayos; mientras los edificios cubanos se vienen abajo matando a sus habitantes vemos como se construyen nuevas y millonarias mansiones en Siboney y Atabey, mientras los abuelos cubanos lucen en sus cuerpos siluetas típicas de los campos de concentración nazis, vemos a los dictadores cada vez están más explotados en obesidad mórbida. A eso es lo que los dirigentes del PCC y los Generales se dedican en Cuba: Los ahora oligarcas cubanos nos dejan claro que la fórmula para seguir en el poder es sencillo: Más represión, más centralismo gubernamental, más estalinismo, cero derechos fundamentales para los ciudadanos y más enmascaramiento internacional de sus prolíferos negocios privados tanto dentro de la isla y así como en el extranjero.

Este es el contexto y significado del 11J. Una explosión total que llamó la atención al mundo entero sobre la falta de gobernabilidad en el país y una elite de poder criminal que todavía no ha sacado lecciones pertinentes e insiste en su lenguaje de guerra, sin acometer los cambios radicales que el país necesita a gritos y que solo puede generar la libertad y el bienestar de su población.

¡Los Mayimbes Cubanos no han aprendido la lección!

Al no tomar correctamente como está la temperatura de la “olla de presión” y sentirse como siempre han hecho: Impunes y todo poderosos ante todo y ante todos, estoy convencido que la caída será terriblemente brutal y el descenso a los infiernos más oscuros lo tienen garantizado de a lleno. La hambruna, la necesidad, la precariedad, la miseria absoluta, la falta de atención médica de calidad, la ausencia de educación y de maestros vocacionales y éxodo masivo de quien tuvo la oportunidad y la aprovecho, han desembocado en un incremento brutal de los niveles de marginalidad entre la población cubana. Si a esto le sumas la falta oportunidades, el sufrimiento diario y la ausencia total de esperanza… el escenario para que se repita un 11J pero “explotao” en esteroides es solo una cuestión de tiempo.

Cada día me convenzo más que el final de la Dictadura será muy violento, y bueno, quizás haya que lavar con la sangre de los traidores toda nuestra tierra; quizás tenga que surgir un armagedón social de proporciones bíblicas para que se pueda limpiar toda la miseria de cuajo que nos oprime y se pueda barrer la ignominia que como pueblo hemos soportado por más de 65 años de manos del Partido Comunista.