Por: Gretther Yedra
Los muchachos que están echando este pulso desigual, tan indefensos, tan desconocedores de la crueldad y la irreverencia de su adversario (su propio gobierno), no eligieron como presidente a Fidel Castro. Fueron sus abuelos, sus padres y maestros quienes le permitieron hacerse con el poder. Ellos son los que tenían que haber gritado, hace muchos años, “Abajo los Castro”. Porque los Castro no están en Cuba desde 1999. Están ahí desde los años 60, lo sabemos porque la historia nos la han contado, porque la hemos vivido.
Es sabido que Fidel Castro ha seguido la misma pauta de todos los dictadores de la historia de Europa y de América Latina. Una oposición coherente y cohesionada es lo que siempre ha evitado el régimen a toda costa. Es por eso que el pueblo no sabe protestar, le teme a las represalias. Pero se convierte ya en obligación cívica que lo hagan. Por el futuro de esas nuevas generaciones que deambulan desesperanzadas. Veo a esos niños sentados en las calles y me pregunto: ¿Quiénes son los verdaderos responsables? ¿El régimen, o los abuelos, los padres, los tíos que han legitimado a ese régimen?
Posiblemente los abuelos, padres o maestros de estos adolescentes en las calles, además de olvidarse de la dictadura batistiana, tampoco oyeron hablar jamás de que José Martí alertó sobre los peligros del socialismo de estado. Y si lo oyeron mencionar alguna vez, probablemente sepultaron esas nobles y visionarias ideas para sustituirlas por las demagógicas premisas de Fidel. El “comandante en jefe” quitó a más de un compañero incómodo de su camino, incluso antes de la Revolución. ¿Nadie se enteró en Cuba? ¿Nadie pudo decir: “Esto no está bien”, cuando Fidel proclamó ante una turba enardecida el carácter socialista de la Revolución?
De manera que desde hace muchos años, desde hace exactamente 57 años, había que haber gritado en Cuba, “No a la Dictadura”. No estamos en el negocio de buscar culpables, ni somos detectives de la historia reciente de América Latina, pero, ¿nadie sabía? ¿Nadie escuchaba? Por lo visto ni el propio pueblo sabía lo que se gestaba en sus entrañas. Porque el astuto Fidel hizo todo lo que tuvo que hacer para mover los hilos oportunamente. Por eso no quiso más a Camilo, porque ¡Camilo sí sabía! Así que los abuelos, los padres y maestros, presintieron y luego confirmaron cuando la zafra del 70, lo que estaba pasando. Pero no deben tener mucha memoria cuando eligieron presidente en unas elecciones de caricatura, al mismísimo hermano de quien nos había gobernado por más de cuatro décadas.
Muchos cubanos consideraron a Fidel como un salvador, pero pronto el sueño se convirtió en pesadilla, una pesadilla que dura ya más de medio siglo. Veían a Castro como el David que se le plantó al Goliat EE.UU. El resentimiento iberoamericano eterno con los EE.UU. los hacía tomar partido automáticamente por el supuesto David. Ahora lo están pagando muy caro. Pero esto los ha hecho entender.
Los jóvenes que salen a protestar hoy, dentro de una oposición que se organiza a pasos lentos, quizás por la asfixia represiva que los rodea o por no encontrar la vía para mover al pueblo de la abulia que lo acosa, tienen derecho a una Cuba nueva. Esos abuelos, padres, tíos, que alguna vez apoyaron al régimen castrista están en la inalienable obligación de apoyar más a sus herederos. Sólo así podrán las futuras generaciones resarcirse del daño que les han hecho. Recuerden al apóstol cuando dijo: “Rompió de pronto el sol sobre un claro del bosque, y allí, al centelleo de la luz súbita, vi por sobre la yerba amarillenta erguirse, en torno al tronco negro de los pinos caídos, los racimos gozosos de los pinos nuevos: ¡Eso somos nosotros: pinos nuevos!” En nosotros está luchar por nuestra Cuba.
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Gretther Yedra Rodriguez
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Sí, Ricardo, desgraciadamente sí la viví. Fui pionera y líder estudiantil. Viví en carne propia la manipulación. Y creí, como muchos, que la Revolución era un proyecto noble. Pero pronto desperté, supe que de ese sueño no quedaba nada. Mi padre se hizo maestro, y yo seguí sus pasos. Estudié a fondo la obra martiana, ese fue el despertar. Vi cómo, palabra tras palabra, se tergiversaba y se destruía el Ideario Martiano. Ahí fue mi ruptura definitiva con el régimen. Pero, incluso así, seguí haciendo desde mi posición, luché porque el arte y la cultura tomaran el sendero correcto para cambiar lo que debía ser cambiado… finalmente, con una profunda tristeza abandoné mi tierra, pero me prometí que donde quiera que estuviese haría lo necesario para apoyar y defender la noble causa de los que luchan por la libertad. En eso estamos, y no busco culpables, busco el despertar de una conciencia adormecida por los años de opresión, busco con mi discurso conmover el corazón de los que han perdido la fe. Gracias, Ricardo, por tan hermosas y reales palabras. Por hombres como usted, como mi papá, como mis maestros, por niños como el mío, por todos y cada uno de ustedes, es que tenemos que luchar. Porque necesitan saber que esas generaciones de cubanos buenos que se formaron gracias a Maestros nobles como usted, no dejarán morir la Patria que los vio nacer. Porque niños como el mío merecen un mundo mejor, una sociedad más justa. Todos los que queremos una Cuba libre somos Los Pinos Nuevos.
Mucha verdad,pero esta verdad tambien tiene su propia historia,historia que si la hubieras vivida, segura habrias caido tambien an la trampa,aqui nada ha sido por casualidad,hay una causalidad, muy bien estidiada y aplicada,todo es fruto de un plan diabolico,del que millones de cuabanos no pudimos escapar,y vernos ahora como culpables,es muy duro, ya que creimos que lichabamos por el futuro de nuestros hijos,y asi fue,lo que no sabiamos es que este era el futuro,eso de que el camino al infierno esta empedrado con buenas intenciones, aqui se ha demos trado que es valido.
Yo personalmente con mis 68 años,tengo una satisfacción muy grande en aquella historia,la vida me llevo a a ser profesor, algo que siempre me gusto, he hice con gusto por el rol que me toco,fue en asignaturas tecnicas relacionadas con la agricultura,pude influir a mi manera en miles de alumnos que hoy me recuerdan con satisfaccion,aunque por las caracteristicas del sistema, no me puedo catalogar como profesional exitoso,si humana mente me sentí bien,lo di todo en la formacion tecnica de varias generaciones,y siempre les intuí, sobre una forma distinta de ver las cosas,aunque casi me lo exigían, nunca politice las clases.
Mis hijos a muy corta edad se dieron cuenta de que aquello no funcionaba,y que ellos no querian mi vida, como modelo para ellos, no los agredi por eso, los deje pensar pór su cuenta,yo tammbien desperte del sueño,supe que aquello ni practicamente, ni teóricamente,tenia logica,no podia fuincionar para el bien del pueblo,aunque si muy bien para la permanencia en el poder,que era su verdadero objetivo.Yo fui catalogado de conflictivo, y de pensar de una forma rara,no me admitieron en el PCC,cosa de la cual me alegro mucho.
Pero si te ratifico que el pueblo fue muy carnero,cuando yo planteaba algo en una asamblea, mis amigos me disian, estas loco,y me tiraban de la camisa para que me sentara,vi que estaba solo en aquella lucha,me busque miles de problemas,nunca pase de ser profesor, ya que los que actuabamos así, nos frenaban el desarrollo, ya que sabían que en otros puestos mas altos podíamos ser peligrasos,realmente podria escribiir horas contando esa, mi historia personal,y lo hago ya que creo explica un poco la razón de la forma de actuar del cubano.
Tambien se que los humanos nos acomodamos con aquello que creemos seguro,era una posicion miserable pero segura, todos los meses el salario,el govierno con su sistema nos administraba hasta la economia familiar,no teníamos ni que pensar que comprar, eso lo dictaba el estado, con sus libretas,el medico seguro, no habia que pagar casa,aunque no era de tu propiedad,podías decir lo que te diera la gana, siempre que fuera dentro del discurso ya planificado por el estado,permitia acomodo, dentro de la miseria,pero ni lo sabiamos,y nos decian que estabamos luchando por el futuro de nuestros hijos,que no era para nosotros, nos tragamos el anzuelo, como pez con hambre,que pena, y ahora despues de tanto navegar, somos los culpables de todo, y tenemos que asumirlo asi, ya que es la pura verdad,es muy triste saber que nuestro proyecto de vida,casi fue un proyecto de muerte espiritual, material,para un pueblo completo.RIcardo