La fórmula del amor triunfante

 

 

Por: Maykel Aledo

 

Para Cuba que sufre, la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella.

 

Qué cubana o cubano de buena voluntad no recuerda hoy, con honda mezcla de orgullo e infinito dolor, al Apóstol. Orgullo, por haber nacido en su misma patria; dolor, por haberlo perdido tan temprano, quedando pospuesto en más de un siglo ya, el destino soñado y posible para la Nación.

Recuerdo, siendo muy niño, la primera verdad esencial martiana que aprendí y cuya puesta en práctica tanto “problema” me trajo:

“Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. ” “Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado.

“El niño que no piensa en lo que sucede a su alrededor, y se contenta con vivir, sin saber si vive honradamente, es como un hombre que vive del trabajo de un bribón, y está en camino de ser bribón. Hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para vivir dichosas: el elefante no quiere tener hijos cuando vive preso: la llama del Perú se echa en la tierra y se muere, cuando el indio le habla con rudeza o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama.”

¿De verdad habrá quien honestamente crea que en Cuba se puede pensar y hablar sin hipocresía?  ¿De verdad será lógico creer que todo el que piensa diferente o se opone al gobierno cubano es mercenario, “gusano”, vende patria, que trabaja al servicio de poderes e intereses extranjeros…? ¿No podrá ninguno de nosotros simplemente querer vivir honradamente y sin hipocresía? ¿No será posible que no queramos vivir como bribones o que queramos ser, por lo menos, tan decorosos como el elefante y como la llama?

La segunda verdad esencial martiana que recuerdo haber aprendido y quizás la más sagrada es la siguiente:

“Porque si en las cosas de mi patria me fuera dado preferir un bien a todos los demás, un bien fundamental que de todos los del país fuera base y principio, y sin el que los demás bienes serían falaces e inseguros, ese sería el bien que yo prefiriera: yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre…”

Lo triste es, que  quizás, es una de las más repetidas. Lo triste es que está en la Constitución. ¿Cómo es posible que una “Revolución” que se dice martiana, cuando Martí prefirió ese bien sobre todos los demás, cuando lo pensó como base y principio de todos los demás bienes, cuando afirmó que sin ese bien todos los demás serían falaces e inseguros, cuando lo han proclamado en la constitución; cómo es posible que no se cumpla?

¿Dónde queda el culto a la dignidad plena cuando se crean campos de trabajo forzado llamados UMAP? ¿Dónde queda el culto a la dignidad plena cuando se les tira huevos a los vecinos que deciden o son obligados a emigrar? ¿Dónde queda el culto a la dignidad plena cuando se organiza o participa o se sufre un acto de repudio? Podría seguir hasta el infinito. Me pregunto de qué manera en sus mentes y en sus corazones hay quienes justifican esas miserias humanas.

Sin embargo, es como si por el contrario, cínicamente, se hubiesen propuesto hacer aquello contra lo que luchó.

Constantemente me pregunto cómo se le puede atribuir la idea del Partido único a José Martí, o que el PCC es heredero del PRC. En un sistema donde la Constitución pone por encima de ella y de la Asamblea Nacional al Partido, donde el único que realmente decide es el Partido, un Partido donde las decisiones las toma el Comité Central, y en ese Comité Central las decisiones las toma el Buró Político, y en ese Buró Político las decisiones las toma el Secretariado o grupo de dirección, y en ese pequeño grupo las decisiones las toma el Primer Secretario. Eso se llama  Autocracia.

Veamos en contraste que establecieron los artículos 4 y 5 de las Bases del PRC de Martí:

“Articulo 4 El Partido Revolucionario Cubano no se propone perpetuar en la República Cubana, con formas nuevas o con alteraciones más aparentes que esenciales, el espíritu autoritario y la composición burocrática…”

“Articulo 5  El Partido Revolucionario Cubano no tiene por objeto llevar a Cuba una agrupación victoriosa que considere la Isla como su presa y dominio, sino preparar, con cuantos medios eficaces le permita la libertad del extranjero, la guerra que se ha de hacer para el decoro y bien de todos los cubanos, y entregar a todo el país la patria libre.”

¿Alguien sinceramente se imagina a José Martí queriendo ostentar todos los cargos importantes de la Nación: General en Jefe, Delegado del Partido, Presidente de la República y Presidente de la Cámara de Representantes? (Porque en Cuba con una Asamblea que solo sesiona unas pocas veces al año, en la práctica el Presidente del Consejo de Estado se convierte en jefe también del poder legislativo)

¿Alguien realmente cree que José Martí de haber sobrevivido y ganado la guerra, hubiese gobernado sin elecciones por 17 años, como pasó con la “Revolución” desde 1959 hasta 1976? ¿Alguien se imagina a Martí aferrado al poder por 57 años? ¿Martí que en el momento de su muerte iba rumbo a deponer su cargo de Delegado ante la Asamblea de Representantes para que ellos dieran gobierno propio a la República?  Y haciendo esto le escribe a Carmen Miyares: “Me siento puro y leve, y siento en mí algo como la paz de un niño.”

Yo más bien me lo imagino escribiendo una carta como la que le envió a Gómez cuando se retira del Plan Gómez Maceo en el año 1884, sobre todo en el tono de estos fragmentos:

“Un pueblo no se funda, General, como se manda un campamento” “¿Qué somos, General?, ¿Los servidores heroicos y modestos de una idea que nos calienta el corazón, los amigos leales de un pueblo en desventura, o los caudillos valientes y afortunados que con el látigo en la mano y la espuela en el tacón se disponen a llevar la guerra a un pueblo, para enseñorearse después de él?”

O como cuando en la Mejorana en 1895, se plantó ante Maceo y no aceptó como idea de Gobierno a “una junta de los generales con mando, por sus representantes, – y una Secretaría General: -la patria, pues, y todos los oficios de ella, que crea y anima al ejército, como Secretaría del Ejército.” Sino que mantuvo “rudo: el Ejército, libre, – y el país, como país y con toda su dignidad representado”. Y conste que estamos hablando de una postura ante dos Gigantes de la Historia a los que respetaba y quería profundamente.

No imagino, al mejor de nuestros periodistas de todos los tiempos, el que a punto de cumplir solo 16 años ya fundaba dos publicaciones: El Diablo Cojuelo y La Patria Libre, no lo imagino censurando a periodistas y artistas; no lo imagino poniendo trabas al uso de internet, más bien lo imagino como un Facebookero, un Twittero, un Blogero, un YouTubero, un Instagrangero con millones de seguidores.

¿Habrá algo más antagónico en estética y ética que el periódico Patria y el Granma?

Yo sí me lo imagino, siempre, siempre, realizando su sueño, que es el sueño de todos nosotros, cuando en la apoteosis de su pensamiento exclamó:

“¡Basta de meras palabras! De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestros ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón.

¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: Con todos, y para el bien de todos!”

Publicado en este sitio el 28 de enero del 2016

 

 

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Maykel Cesar Aledo

Nací en 1981, de Artemisa, Cuba. Licenciado en Educación en el ISP: Rubén Martínez Villena. En Cuba ejercí como profesor de Historia, Director de Secundaria Básica y como Director de Preuniversitario. Y durante mis últimos años en Cuba trabajé como Presidente Provincial de la Sociedad Cultural José Martí y como fundador y Vicepresidente del Consejo Nacional de Jóvenes Plaza Martiana ( Consejo disuelto por miedo a la fuerza y debates que iba creando el creciente grupo de jóvenes). Actualmente vivo en la Florida y trabajo como Empresario Independiente, y soy Vicecoordinador del Club cívico del movimiento en el Florida. Decidí formar parte de Somos+, porque es lo más parecido que he encontrado en los tiempos modernos (lógicamente salvando las distancias), con el espíritu del PRC de Martí. Movimiento con visión fresca, renovada y moderna, que va agrupando con fuerza creciente, cientos de miembros y miles de simpatizantes; cubanos de buena voluntad para con nuestra Patria, que andamos esparcidos por todo el mundo. Movimiento que va cobrando, a fuerza de valor y dignidad admirables, espacio con los cubanos de adentro. Movimiento que abre los brazos a todas las generaciones, y en el que a pesar de ser mayoría los jóvenes, ha hecho suya, la convicción martiana, de que no hay más viejos que los egoístas. Y sobre todo, formo parte de Somos+ por varios principios fundamentales: Porque promueve el diálogo, la paz y la reconciliación nacional; porque no es financiado por otros que no seamos nosotros, sus miembros y simpatizantes; porque no acepta ordenes de ningún poder ajeno a sí mismo; porque está de acuerdo con la normalización de las relaciones entre EEUU-Cuba; porque no está de acuerdo con el Embargo impuesto por EEUU a Cuba; y porque se ha decidido no solo criticar y oponerse, sino ser parte del cambio que queremos ver en Cuba. La única forma de obtener resultados diferentes es empezar a hacer cosas deferentes a las que nos han impuesto por más de medio siglo. Es hora de acabar con la política de con unos pocos y supuestamente para el bien de todos y acabar de poner en práctica la fórmula del amor triunfante: !con todos y para el bien de todos!

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2 comments on “La fórmula del amor triunfante
  1. Felicitaciones, muy buen comentario,me lleno de esperanzas cuando veo que hay pensamientos verdaderos, y profundos,que son los unicos que podran, contra ese gran absurdo,que nos han querido imponer,de Marti, tomar todo,parece increible, pero es algo actual,a pesar de los años,fue una mente única,y de el podemos tomar, mucho para esta lucha de hoy,aqui lo dejaste demostrado.

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