Por: Pedro Acosta (Nikka)
Recién acaba de concluir un período más de sesiones de nuestra “gloriosa y benemérita” Asamblea Nacional y en ella se vuelve a manosear, el “novedoso” proyecto, los maravillosos e inapreciables Lineamientos, llamados estos a resolver de una vez y por todas la desastrosa situación económica y social del país.
El gobierno ha ideado proyectos desde los tiempos remotos y jamás llegaron a concretarse. Pero de esto se podría hablar en otro artículo. A lo que vamos. Existe un tema peliagudo para la Asamblea Nacional: “La acumulación de riqueza”.
Vuelven a arremeter contra ella – ¿será espontáneo?- pero tampoco la definen.
¡Van a estudiarla! -dijeron los Diputados.
¿Cómo se enmarca, cuáles son los límites de esta temida definición? ¿Pondrán una cifra en metálico o en bienes y raíces?
Si escogen para tal objetivo el nivel de vida de nuestros máximos dirigentes, mejor dicho de los “fundadores” y el de su prole, les va a ser difícil llegar a un resultado.
Algunos de estos “aguerridos y valientes” patriotas, que integran la Asamblea se atreverán a realizar tal propuesta. Lógica y razonable la misma. ¿Por qué?… ¿Quiénes serían el mejor ejemplo para el pueblo de lo que no es acumulación de riqueza?
Deberían entrar a valorar las propiedades y herencias de Punto Cero, el penthouse de la Avenida 26, el búnker de Santa Fe o de la actual residencia, solo por poner algunos ejemplos. Además, convendría que sacaran las cuentas de todo lo que esas mansiones contienen en su interior, de sus gastos en viajes a cayos, al extranjero, y de otras muchas actividades que estos realizan en sus ratos de ocio.
Sería muy edificante conocer estos números. No habría que preocuparse mucho por sus cuentas bancarias donde quiera que estas se encuentren. Con estos datos bastaría.
De seguro ningún cubano de a pie, o incluso de Lada, tendrá de qué preocuparse, pues jamás llegarán a tener, como ellos, tal acumulación millonaria de riqueza.
Los cubanos también estaríamos muy a gusto con tal definición de acumulación de riqueza.
Otra posibilidad sería la de valorar las propiedades de insignes “trabajadores” por cuenta propia descendientes de algunas de nuestras “vacas sagradas”, o sea: “hijos de papá”.
Cualquiera de estas variantes sería aplaudida por millones de cubanos.
Tal vez acudan, como en todo, al doble rasero, en este caso, al cuádruple:
-Una definición de acumulación de riqueza para los altos dirigentes y su prole. -Otra para los más valorados intelectuales y artistas cubanos.
– Otra para los “independizados” hijos de papá.
Y la muy especial, la que de seguro implantará: la definición de acumulación de riqueza solo aplicable para aquellos que no pertenecen a ninguna de las castas anteriores, la de los hijos de nadie: ¡El pueblo cubano!
Para contactar con el autor escribe a: pednika51@gmail.com
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