A 21 años del Maleconazo

Por: Elizabeth Cruz

Los cubanos somos habladores, dicharacheros y protagonistas de todo cuanto sea para bien o para mal. Recién llegada a Miami, escuché  a uno decir que somos como los cangrejos en cubeta: -mientras uno intenta escapar, el otro lo jala para el fondo sin necesidad de tapa. La analogía me resultó tan ingeniosa que, por un largo tiempo, bastó para confundirme sobre nuestra esencia.

En realidad, la inmensa mayoría de los cubanos somos nobles, valientes, solidarios y hay innumerables ejemplos que lo demuestran. ¿Por qué ahondar en la desesperanza…? ¿Quién se beneficia con nuestra división y desconfianza?

Hoy se cumplen más de dos décadas del Maleconazo. No sé qué recuerdas, pero en mi memoria estoy en mi apartamento frente al malecón y hay fiesta familiar. Desde la punta se viene una algarabía, que primero confundimos con algún acto oficial, de los tantos que pasan inadvertidos, incluso para quienes participan…

Desde el apuntalado balcón no tardamos en descubrir las tres voces de «Libertad». Fueron días tensos, la tarde anterior un buen vecino nos señaló la lanchita de Regla que, frente al Morro, intentaba escapar. Con binoculares alcancé a verla amenazada por 2 lanchas guardafronteras, que esta vez no se atrevían a cumplir la orden de hundimiento… me gusta pensar que frenados por las protestas espontáneas. Hoy todo era confuso, y desde mi azotea volaban pedradas y de la policía tiros al aire, así que los adultos nos resguardaron a los entonces niños. Y por terminado estaba el hecho, porque antes de que Fidel hiciera presencia, ya mi balcón lo ocupaban más miembros de la Seguridad del Estado que de mi familia.

El Maleconazo fue una expresión popular de rebeldía, solidaridad e insatisfacción, que no se detuvo con la llegada de los militares de civil y de Fidel. Tuvo su conclusión en la llamada crisis de los balseros, donde el voto fue ejercido con las balsas. Si existieran elecciones libres y plurales en nuestro país, ni la violencia vivida en esas calles, ni la pérdida de vidas de los balseros, hubieran resultado necesarias.

Aunque creo firmemente en los medios pacíficos para la participación y el activismo político, ese hecho me demuestra que los cubanos no somos en ninguna medida como cangrejos, sino que estamos dispuestos a exigir lo que nos merecemos.

El cerco contra cualquier alternativa política provocó una explosión de este tipo, desordenada y violenta. Por eso es elemental que existan los medios y la disposición para que los cubanos podamos presentar propuestas diferentes. Debemos reconocer la pluralidad, minimizar consignas, huídas y golpes, y permitir que el diálogo sea la vía de mantener nuestras calles pacíficas, pero contentas, sabiendo que el país marcha hacia la prosperidad.

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7 comments on “A 21 años del Maleconazo
  1. Carlos, como bien dices el grito de aquellos vándalos retumbó en las paredes de la Habana vieja, y se esparció por los vientos tan lejos que nadie recuerda esos hechos.

    • Hey David, Que privilegiado eres que tienes la libertad de decir tanta boberia en un blog libre!!!! Ojala dierais a los cubanos la oportunidad de postear en Granma….. A que no hay c….?????

      • Javier,
        Tengo el privilegiado y la libertad de decir tanta boberia en este blog porque uno escribe de acuerdo a lo que lee y a responde a los que escriben tal como aparentan su escritura, si es bobería lo que se lee pues bobería se responde, si es m… lo que lee, pues ya sabes, gracias por la oportunidad.
        Saludos de David

  2. Elizabeth,
    Ciertamente se cumplen 21 años de los hechos del malecón habanero, lo que no es cierto es que fueron hechos asociados a la política del gobierno. Sus participantes nada tenían que ver con oposición a la revolución cubana, fueron delincuentes comunes y así se demostró, no sé si lo recuerdas, se publicó en la prensa, además los principales cabecillas fueron juzgados y sancionados por vandalismo, lo que sucedió después fue la gran manipulación mediática.
    Bien que recuerdas la presencia de Fidel, no dices sin embargo el respaldo del pueblo a la revolución y sus dirigentes, años después se hizo una propuesta de modificación constitucional que fue ampliamente apoyada por el pueblo cubano, donde se aprobó casi de forma unánime la irrevocabilidad del socialismo en Cuba, señal suficiente del apoyo del pueblo cubano hacia el sistema socialista.
    Por cierto las acciones de esos vándalos concluyeron de forma inmediata ante la respuesta del pueblo revolucionario, no como dices con la crisis de los balseros, que es otra historia, nada que ver con esos hechos. Al parecer eras demasiado pequeña para recordar con exactitud esos acontecimientos. Falta de memoria cará.

    • David el gobierno cubano se hizo experto en ponerles calificativos y etiquetas a todas las cosas, a todas las personas segun lo que mejor conveniese en cada momento… Estoy seguro que ni tu mismo te crees todas las cosas que dices en este comentario. Responder esta de mas, personas como tu seran jusgados por la historia y la verguenza sera infinita!

  3. Las verdaderas causas que originaron esa explosión genuinamente popular y legítimamente revolucionaria, no han desaparecido. Los problemas que agobian y someten al pueblo cubano diariamente a la desesperanza, a la perdida total de confianza en las «autoridades» y sus «promesas» llenas de consignas y símbolos, pero vacías en contenido y carentes de resultados; esos problemas aun están ahí. Laten al ritmo mismo del espíritu de una nación que, paralizada en un agujero muy oscuro de la historia, se retuerce de dolor por el ignominioso presente de su pueblo.

    El grito de aquel pueblo enardecido todavía retumba en las paredes de la Habana vieja, se esparce por los vientos y, acompañado por las olas que irrumpen impetuosas en los muros del malecón, se vuelve a sumergir en el corazón y la mente de todos los obreros sin salarios dignos, de los ancianos con una pensión de jubilación simbólica que no cubre ni sus necesidades básicas mas elementales, de los jóvenes que tratan de buscar afuera lo que ya nadie ve adentro: futuro… Y podemos seguir hablando de un sin numero de situaciones que agobian a ese mismo pueblo que, todavía sigue llevando por dentro aquel grito apagado a fuerza de garrote y plomo por los «voluntarios» y agentes de la dictadura: LIBERTAD.

    Aquel estallido que, cual el redoble de la campana de Céspedes, levantaba a la nación en pie de lucha contra la opresión, era invertebrado. Por lo tanto pudo ser apagado. No había un programa alternativo que ilustrara a todos la vía o el proceso para resolver todos los males. No existía un movimiento estructurado con lideres valientes y con el conocimiento y la claridad de lo que era necesario hacer en aquella situación. Me atrevo a decir que, ese acontecimiento debe de ser siempre el referente primero para todos los que de una forma u otra se planteen la cuestión a cerca de lo que es capaz nuestro pueblo.

    Nadie salió a gritar por la democracia, o por los derechos humanos, ni por elecciones libres. El pueblo decía: LIBERTAD. He allí la esencia de todo: LIBERTAD.

    Este grito de agosto tiene que calar muy hondo en todos los cubanos de todas las tendencias políticas, ideológicas, religiosas, culturales y sociales. LIBERTAD. Ese es el deseo genuino del pueblo de Cuba. Ese deseo tantas veces truncado desde La Damajagua hasta hoy.

    LIBERTAD. De ahí tiene que brotar todo, desde allí tiene que pensarse todo, desde allí debe de construirse todo: LIBERTAD.

    A falta de plebiscito, el Pueblo se ha pronunciado: LIBERTAD. Todos lo saben, todos lo sienten, todos lo viven. Es un susurro que se escucha demasiado alto en el espíritu y la conciencia de la nación toda.

    Este es el momento de hacer. Elaboremos el programa y con el, propongamos a ese mismo Pueblo que espera, como conquistar el Bien tan anhelado y esperado por todos: LA LIBERTAD.

    • Calos, como bien dices, el grito de aquellos vándalos retumbó en las paredes de la Habana Vieja y se lo llevó el viento, los esparció tan lejos que nadie se acuerda de eso.

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