Mi historia

 

Frank Rojas

Frank Rojas

Mi historia es como la de cualquier cubano nacido en tiempos de »Revolución». Vengo de una generación que creció con una vida administrada por otros, con libretas de racionamiento y siendo testigo de grandes momentos que marcaron la vida de millones de nosotros.

El éxodo del Mariel, la persecución a los religiosos y la homofobia ridícula y extrema. Las costosas aventuras en África, Centroamérica y Oriente medio, no solo en recursos, sino también en los miles de cubanos que regaron con su sangre otras tierras, haciendo desaparecer así la única posibilidad de acercamiento con EE UU que se dio en plena guerra fría.

El colapso de la URSS y la caída del muro de la ignominia en Berlín. El periodo especial que llegó por un tiempo limitado y se quedó en nuestras casas hasta hoy con todas las penurias que trajo consigo como equipaje. El maleconazo y la crisis del 94 con la patética imagen de Fidel en las calles de La Habana tratando de aplacar a un pueblo revuelto y que no aguantaba más. El proceso de »rectificación de errores» que todavía se lleva a cabo y nunca termina. Elián con las tribunas abiertas que desangraron la economía ya precaria de este país y nos dejó como herencia la »Mesa Retonta desinformativa» La sucesión de poderes como pasa en una típica dinastía de siglos pasados. Las visitas de tres papas a Cuba y el actual proceso de restablecimiento de las relaciones con el »Imperio» son estos algunos de los sucesos que han dejado sus huellas en mí y en mi pueblo.

De niño fui como otro cualquiera de mi tiempo. Recibí el adoctrinamiento político-ideológico en cada nivel de enseñanza deseando también (y de manera inconsciente) ser como el Ché. Por todo esto pase hasta que entrado ya en la adolescencia mi vista comenzó a aclararse y con ello pude ver mejor todo lo que me rodeaba y que de alguna manera había ejercido cierta influencia sobre mí y en mi manera de ver las cosas.

Como cualquier joven de mi generación también pertenecí a la UJC hasta que me di cuenta que era solo un títere más de un sistema que me obligaba a marchar y gritar consignas que ni siquiera sentía querer decir. Cumplí con el SMO (Servicio Militar Obligatorio) donde fui acosado por la Contrainteligencia Militar por algo tan simple como hablar de Cristo y la salvación con mis compañeros, todos al igual que yo, soldados improvisados.

En la universidad comencé a despojarme de todo lo que me ataba al sistema. Rompí con los desfiles del primero de Mayo y las reuniones absurdas e interminables entre otras cosas. Ya en la etapa laboral seguía comprendiendo que vivía en una fantasía romántica que resultó ser una farsa y así me salí de las organizaciones sindicales plegadas al partido comunista y que lejos de representar al trabajador, constituye una herramienta más para castigarlos. Así suspendí el pago de mi cuota mensual, un dinero que solo sirve para mantener los altos salarios de miles de personas que en este país viven sin producir nada y engordan como parásitos que llevamos dentro y nos consumen. Esta es mi historia. Una historia que tendrá mucho de semejante a la de la mayoría del resto de los cubanos.

Conocí del movimiento Somos+ a través de mi mejor amiga, por ella supe sobre el trabajo que venían haciendo aun en pleno proceso de formación y maduración. Debo confesar que al principio me hablaba tanto de esto que sentía en ella un cierto fanatismo que casi me molestaba, pero luego entendí que en realidad reflejaba su pasión por el tema Cuba. Una Cuba diferente y desconocida para la mayoría de los cubanos y que fue descubriendo gracias al internet.

En una de sus visitas a la isla, me llevó a conocer a Eliécer Ávila, un muchacho con el que sentía cierta simpatía a partir del encontronazo con Alarcón. Nunca escuché argumentos tan sin sentido por parte de una figura política del gobierno. Tenía en mis manos entonces la tremenda oportunidad de sentarme en franco y cordial encuentro, a conversar profundamente y debatir sobre mi país. Finalmente tenía la oportunidad de hablar sobre Cuba con alguien lleno de fundamentos sólidos y respuestas coherentes a mis preguntas. Ese día vi que había una alternativa totalmente diferente a lo que conocía hasta ese entonces en materia de oposición en Cuba. Cuando vi aquel video de la UCI, me dije que tenía que conocer a aquel muchacho osado y de pronto lo había conseguido sin proponermelo.

Ese día regresé a mi pueblo con la cabeza llena de cosas. La semilla estaba sembrada ya, solo faltaba regarla un poco. Así comencé mi vida de activista político. Después de haber sido aceptada mi solicitud de membresía, comencé a estudiar los estatutos del movimiento y a conocer otras personas, compañeros ya de lucha dentro y fuera del país. Vinieron reuniones importantes y la oportunidad de participar en un consejo nacional, lo que me dio la convicción de que estaba finalmente en el lugar correcto, donde quería estar. Por fin podía sacar de dentro de mí al patriota, rebelde y luchador.

Hoy veo a miles de cubanos que saben que hay que hacer algo, pero por muchas razones no se atreven y eso es lo peor que nos puede suceder. Te invito entonces como yo a no cruzar los brazos sino a entregar ese granito de arena y a construir una Cuba nueva y diferente. Se lo debemos a nuestra Patria y es una deuda con las generaciones que aún no llegan, somos nosotros los únicos que podemos cambiar la historia y es ahora el momento de hacerlo.

 

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Frank Rojas

Me llamo Franky (Frank) Rojas Torres y tengo 38 años, vivo en Limonar, Matanzas. Soy Lic. en enfermería de profesión y trabajo en un pequeño hospital ubicado en la universidad de mi provincia. Disfruto mucho mi trabajo y en especial me place mucho ayudarlos a encontrar la o las soluciones posibles a sus problemas en todas las áreas de su vida. Mi historia es como la de cualquier cubano nacido en tiempos de ''Revolución'' Vengo de una generación que creció con una vida administrada por alguien más, con libretas de racionamiento y siendo testigo de grandes momentos que marcaron la vida de millones de nosotros. Conocí del movimiento Somos+ a través de mi mejor amiga -Yaima- quien es cubana, pero vive en Suiza. Por ella supe sobre el trabajo que venía haciendo el movimiento aun en pleno proceso de formación y maduración. Finalmente tuve la oportunidad de conocer a su presidente y de hablar sobre Cuba con alguien lleno de fundamentos sólidos y respuestas coherentes a mis preguntas. Ese día conocí que había una alternativa totalmente diferente a lo que conocía hasta ese entonces en materia de oposición en Cuba. Hoy soy miembro del Mov Somos+ y estoy en total disposición de colaborar con esos cambios para nuestro país.

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2 comments on “Mi historia
  1. Sr. Frank Rojas, su escrito destila mucha frustación y expone cosas que se le puede sugerir un autoanálisis de su personalidad, porque además de frustación se le hermana la ingratitud, no sé cómo su forma de ver las cosas y la historia que expone es compatible con prestar un servicio tan nobre y humano como es la atención a la salud.
    No quiero hacer comparaciones, pero muchos creyentes como Ud, no fueron ni han sido reprimidos, claroo a no ser que se hagan prácticas proselitistas que en cualquier lugar del mundo tienen regulaciones.
    No ha encontado con exactitud respuetas a muchas de sus detracciones.

    • Es interesante los actos de psicoanálisis que purulan por las redes. Freud es un niño de teta frente a estos argumentos. Por otra parte:

      «muchos creyentes como Ud, no fueron ni han sido reprimidos, claroo a no ser que se hagan prácticas proselitistas que en cualquier lugar del mundo tienen regulaciones.»
      De estas palabras se deduce la tranquilidad con que se puede normalizar la represjon en Cuba. No es normal señor «regular» no es reprimir en ningún lugar del mundo. Cuanto trabajo queda por hacer en mi Cuba, la esperanza es que vamos por buen camino, proseletismo sano, busque un diccionario y no prostituya las palabras.

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