Por: Frank Rojas
¿Qué pasa? ¿En qué estás metido? ¿Quiénes son esos tipos que andan detrás de ti donde quiera que vas? ¿Por qué tanto alboroto, eh? ¿Con chofer y escolta personal? ¿Qué es Somos+?
Estas han sido solo algunas, de las tantas preguntas que me han formulado por estos días amigos, vecinos y compañeros de trabajo.
Por más de 72 horas, y a raíz de la tan esperada visita del presidente Obama, la seguridad del estado se dio a la tarea de controlar todos mis movimientos con el propósito de impedirme viajar hasta La Habana, como si fuese yo un “terrorista”.
Ya el propio viernes en la noche se personaron dos de ellos en el local donde trabajo para »conversar» conmigo sobre este particular, entre otros temas que bien pudieran ser objetos de análisis. Esa noche tras un intenso intercambio, esos agentes me »propusieron» que no viajara hasta la »capital de todos los cubanos» para evitarme pasar »un mal rato».
Les di mi palabra de que no iría a La Habana, a sabiendas de que estaban violando mis derechos elementales, demostrando con ello de que nuestro movimiento pacífico está siempre dispuesto a dialogar.
En la mañana del sábado descubrí que tenía un “vigilante”. Pero no me preocupé, con una mezcla de indignación y desafío, me escabullí hacia mi casa. Pronto confirmaría con uno de mis compañeros de trabajo que mi ausencia inesperada produjo revuelo en los “compañeros”. No era para menos: hacía cinco horas me habían perdido la pista.
Montaron guardia frente a mi casa. Así se mantuvo todo en este sentido desde el viernes 18 en la noche hasta el martes 22 en la tarde. Fueron días muy pesados para mí, pues saber que caminaba con dos personas detrás de mí a escasos metros siguiéndome sin ningún disimulo, constituía algo súper incómodo.
Como ser humano, me apenaba también ver en las difíciles condiciones climáticas en que tenían que moverse. La combinación del frío con la lluvia en ocasiones y las incómodas picadas de mosquitos estuvieron presente todo el tiempo para ellos. Muchas veces me sentí tentado a brindarles algo, pero sé que se negarían en redondo: ellos no pactan con “el enemigo”.
En las 72 horas que duró este arresto tan peculiar, conté alrededor de 15 personas con todos los medios que tenían a su disposición para hacer su ‘’trabajo”. Me pregunto: ¿cuánto le habrá costado a la tan deprimida economía del país el irracional propósito de que una sola persona se mueva con total autonomía?
Grande fue mi asombro también, al conocer que no todas aquellos hombres, eran agentes de la seguridad, sino que algunos solo eran miembros del PCC que se encontraban cumpliendo con una tarea orientada por su partido.
Fue muy interesante saber esto y debo destacar que hasta se disculparon conmigo porque los habían utilizado, sin saberlo ellos mismos, para tal cosa. En sus rostros vi la amargura de saberse envueltos en algo en lo que no se sentían para nada cómodos. Me quedó la preocupación constante de tantas personas que estuvieron pendientes de mí, el valor de mi madre. Pero sobre todo eso, el deseo de seguir en esta lucha que creo justa y lógica para que historias como esta un día sean, solo eso, historias. Cercano está ese día. Entonces tendremos que estar bien preparados para cuando estemos al frente de este gran país, no cometer errores de los cuales hoy aprendemos. Somos + para luchar por esa Cuba diferente: «con todos y para el bien de todos».
Ahora la gente se me acerca a preguntarme y me escuchan con atención e interés. Muchos de pronto se sienten identificados con lo que hacemos, y aunque algunos prefieren mantenerse al margen por temor a estas cosas por las que pasamos, no pocos me muestran su simpatía y admiración.
Eso se lo debo a la Seguridad del Estado. Del otro lado, una imagen bien empañada y oscura ante mis compañeros por la manera tan exagerada en que manejaron algo tan sencillo y que pudo hacerse de una forma mucho más discreta. Imagen que cada día se ensucia más ante la vista de los cubanos que comienzan a verlos como algo con lo que no se sienten identificados, y que mueve más al desprecio que al respeto. Fui testigo de ello. Gracias, Seguridad del Estado, por sacarme de la «clandestinidad». Ya no tengo nada más que esconder.
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Franky, ta buena la novela de contra-espionaje esa que acabo de leer.
Claro que, en la época de las tecnologías y con lo que les gusta a ustedes el chisme y la intriga; no se te ocurrió tirarle unas fotos aunque fueran borrosas o hacerle un video a tus seguidores fantasmas.
Por eso es que ustedes no representan a nadie. Ni un solo REVOLUCIONARIO cubano se detuvo jamás ante las presiones de las dictaduras, pusieron en juego su vida y varios fueron asesinados.
Según tú, contigo conversaron y tú de jamón te intimidaste. Compadre, o no te alcanzaba el presupuesto del mes para ir a la Habana o ustedes son muy cobardes (en cubano te podría decir otra palabra).
Creo firmemente que somos+ es el movimiento opocitor que representa los valores del pueblo cubano sigan así no le den la oportunidad al gobierno de crear campañas difamatorias. Con ustedes para lo que sea.