Por: Javier Cabrera
En el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, hemos visto a Raúl Castro atacar directamente al empoderamiento. Como de costumbre, los cubanos debemos aprender por decreto que el empoderamiento es algo malo, de lo que se nos debe proteger, sin darnos la menor opción de decidir si realmente es lo que queremos.
El empoderamiento (empowerment) se refiere a la autonomía y autodeterminación de las personas, de forma que puedan tomar decisiones y defender sus propios intereses con autoridad. No va de ideologías o revoluciones, va de personas. El empoderamiento no busca hacer las cosas por la gente, sino de proveerlas de los recursos y los datos para que sean capaces de elegir sin influencias externas de ningún tipo.
Son innumerables los ejemplos de empoderamiento del mundo moderno. Los microcréditos han cambiado la vida de muchas personas de forma decidida. La igualdad de género también se consigue mediante el empoderamiento, que no consiste en organizaciones de masa o cuotas, sino en liderazgo real. Incluso, las tecnologías son parte del empoderamiento ciudadano, amplificando las voces y permitiendo organizarse sin importar si el resultado es un movimiento de derechas, izquierdas o centro; contra la corrupción o por la construcción de una carretera.
En el mundo empresarial también hay un movimiento claro al empoderamiento. Poco a poco las empresas van moviéndose a modelos de liderazgo menos autócratas, con más participación de los interesados. La priorización de las personas sobre los procesos, la colaboración sobre los contratos y la respuesta al cambio sobre los planes, elevan los resultados y sobre todo el compromiso.
Obama ha hablado de potenciar el empoderamiento, no para que la gente decida en nombre de intereses foráneos, sino para que generen sus recursos y TOMEN SUS PROPIAS DECISIONES. Ningún “papel rector” puede imponer sus propios intereses sobre los de cada individuo. Los inversores extranjeros presionan por un mercado laboral sin intermediarios, las agencias de viajes por quitar las restricciones absurdas a las personas por su pecado de ser cubanos, los residentes en el exterior por su derecho a vivir en Cuba o donde les dé la gana, los cuentapropistas por su derecho a generar un negocio sostenible sin límites irracionales, los que piensan diferente por su derecho a no ser reprimidos, incluso una madre por su derecho a dar leche para su bebé. Y Raúl no es capaz de argumentar, ¿dónde es esto malo?
“El empoderamiento de las formas no estatales de producción para acabar con la Revolución”, además de ser una frase manipulada y fuera de contexto, busca intimidarnos y provocar el inmovilismo. No mezcle revoluciones con empoderamiento selectivo. Nos nos intente confundir. Ya sabemos que prefiere el poder de pocos, al empoderamiento de TODOS.
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Javier Cabrera
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// ¿Qué están haciendo para empoderarme A MÍ? //
Nooo creo que voy a llegar a tener influencia importante en el funcionamiento de mi país porque se pasen, o nos pasemos, la vida quejándose, diciendo que el régimen es malo, y *deseando* que todo esté bién.
A ver si entienden algo fundamental:
Supongan que una fuerza mágica monte en una nave espacial a todos los miembros del buró político y comité central del PCC y se los lleve para Marte. ¿Qué pasaría? CAOS TOTAL EN CUBA, porque no se trabaja en la alternativa al régimen.
No es que esté pensando que la alternativa hay que tenerla «en espera», para cuando el régimen «desaparezca» (porque NO VA A DESAPARECER espontanea ni fácilmente). Es que *la formaciñón de la alternativa* es la fuerza decisiva que desarticula al régimen y crea la verdadera transición hacia lo que el País necesita.
???
Es eso y muchas cosas. El articulo no es para decir que el empoderamiento sea el camino. Es una herramienta más. Pretende contarle la visión real a los lectores de Cuba, no es la venta de la solución.
La formación es una de las primeras misiones de este movimiento, estamos de acuerdo. La verdad es que no entiendo su interpretación de los artículos, pero nada, me parece bien.