Por Kaned Garrido
Cuando los emigrantes cubanos, en su ruta hacia los Estados Unidos, intentaron pasar por Nicaragua, encontraron una respuesta represiva e irracional. Hasta ahora el país había sido un punto tranquilo del camino, ellos pagaban el salvoconducto y pasaban sin problemas. Es una parte de su travesía hacia una vida mejor.
El gobierno de Costa Rica les había concedido visas temporales para que pudieran seguir su ruta. Sin embargo, llegando a la frontera nica encontraron una reacción violenta de la policía. Según el gobierno de Nicaragua, los emigrantes habían derrumbado sus portones.
En medio de esto, el mundo se revolvía de dolor por lo que sucedía en Francia. Pero esa sensibilidad también invitó a una autocrítica sobre los intermitentes que eran nuestros sentimientos.
Tan pronto como salieron las primeras banderas francesas en Facebook, llovieron las críticas sobre cierta hipocresía. Pues las muertes en París fueron un duro golpe a la Humanidad, a nuestro sublime aprecio por la vida. Pero fue un error haber tenido los ojos cerrados por tanto tiempo y solo abrirlos cuando la sangre se derramó en calles europeas.
En Siria de cada 100 muertes por ataque, 27 son niños. Muchos de ellos son asesinados a sangre fría después de sufrir torturas. Los bombardeos cubren las ciudades de polvo y las calles de sangre. Siria es en este momento el campo de guerra global, donde se asoman intereses distintos movidos por un enemigo común: El Estado Islámico.
El martes Nigeria sufrió un doble ataque suicida, una niña de 11 años y una adolescente de 18 explotaron en lugares públicos. Más de 30 personas murieron y 120 quedaron heridas. Solo en noviembre han muerto 55 personas por obra de Boko Haram. El líder terrorista obliga a mujeres y adolescentes a cometer crímenes masivos. Nigeria es el país con el mayor aumento de muertos por terrorismo.
No es que la humanidad sea hipócrita. Es solo que el conocimiento y las miradas a un mismo mundo son infinitas. Todos padecemos un grado de ignorancia. Siempre hay un país, una comunidad, una persona o un animal del que desconocemos su profundo sufrimiento.
Pero ya es hora de que abramos un centímetro más los ojos. Esta ignorancia está costando vidas. Y como nos estamos dando cuenta, la injusticia puede caer tanto sobre un niño sirio, un joven francés, una mujer nigeriana o unos arriesgados emigrantes cubanos.
Debemos dejar de hacer críticas unilaterales. Ni la soberbia ciega del primer mundo ni la crítica antioccidental absoluta resolverán los problemas. Pues son responsabilidades compartidas de todo el planeta.
Las discusiones se pueden volver un mar infinito y turbulento. Si nos quedamos en ellas nos perdemos en un naufragio de odios. Por eso hay que navegar hacia las causas principales y resolverlas.
Cuando se desplegaron los bastones de la policía contra los emigrantes cubanos, las redes sociales se contagiaron de resentimiento contra los nicaragüenses.
No hay un mejor momento como este para recordar que iniciada la Guerra Necesaria, José Martí dejó muy claro que su lucha no era contra los españoles sino contra el régimen colonial en Cuba.
Es por eso que debemos dirigir nuestras críticas contra el gobierno de Nicaragua y sus acciones represivas, no contra la ciudadanía. No nos dejemos absorber por la xenofobia. Fue la fuerza pública quien arremetió contra personas inocentes, golpeando a niñas y a mujeres embarazadas.
El hecho también nos revela como un gobierno como el costarricense en medio de una situación tan complicada, pudo gestionar con humanidad e inteligencia. No en vano Costa Rica es una de las democracias mejor evaluadas de Latinoamérica.
Se señalan a muchos culpables del hecho que la emigración sea una odisea de peligros, al gobierno nicaragüense, a los coyotes en las fronteras, a la política migratoria norteamericana que da preferencia a los cubanos. Hay algunos que incluso critican la imprudencia de los emigrantes.
Hay muchas insinuaciones de culpas, pero una sola causa. Sí, hemos un cometido un error. Y es el de ir a buscar esa alternativa afuera, en vez de construirla en nuestro propio país.
Una tierra donde podemos empezar de nuevo y hacer las cosas bien. Construir instituciones sólidas e inclusivas. Crear oportunidades para que las personas vivan mejor. Evitar que trabajadores como Pulido, uno de los emigrantes entrevistados del hecho en Nicaragua, tengan que hacer “magia” para sobrevivir con 10 dólares mensuales trabajando como conductor. Para que otros miles no tengan que dejar sus profesiones para ganarse la vida en la calle. Para que no tengan que vivir con el temor de ir a la cárcel por las tantas leyes restrictivas que hay en el país.
Para que Cuba no sea el origen, sino el destino de las personas que buscan una luz de esperanza en esta época.
Fuentes:
https://www.cubanet.org/destacados/cubanos-en-nicaragua-hay-un-gobierno-nazi/
http://www.infobae.com/2015/11/17/1770474-atentado-terrorista-nigeria-deja-mas-30-muertos
Lee también:
Kaned Garrido
Últimos posts de Kaned Garrido (ver todos)
- Las grietas de una democracia imperfecta - 2017-06-29
- ¿Cómo ganan los candidatos las elecciones? - 2017-06-07
- Más agua y menos basura - 2016-12-27
- La política está también en la libra de arroz - 2016-12-22
- La Educación Universitaria necesita un giro - 2016-12-16
Lo que sucede es que primeramente con la ayuda de la desaparecida URSS, el cubano se acostumbró a vivir sin trabajar y luego del derrumbe de la URSS le es muy difícil eso de trabajar, por poco salario , así que lo mejor es recibir remesas del exterior los que puedan y los que no, a delinquir. A muy pocas personas en estos momentos les interesa hacer cambios en Cuba que a la larga significan tener que trabajar. Lo mejor es emigrar para cogerlo todo hecho en el norte desarrollado. Como se puede ver todos esos cubanos de la ruta de Ecuador van con celulares de última generación, que son pagados en el exterior. Van vestidos a la moda mejor que cualquier ciudadano de uno de esos países por donde transitan. El celular no es una necesidad primordial. Es decir si se dan el lujo de tener un celular ,esto significa que ya tienen resueltas las necesidades primordiales en Cuba mediante las remesas. Todos tienen buena cara y un aspecto saludable y bien alimentados, entonces no están pasando trabajo en Cuba, lo que quieren es seguir progresando con el menor de los esfuerzos.
Ciertamente, es un enfoque necesario. Los actos canallescos provienen del gobierno de D. Ortega, no del pueblo nicaraguense. Los cubanos debemos tener eso presente, incluso ante presuntos ataques de nicaraguenses afines al gobierno…, que acaso solo desean enturbiar el asunto con incitaciones al odio.