Infamias ¿Barrera real o imaginaria? (II Parte)

 

infamias II

 

Por Carlos Raúl Macias

Un alegato político devenido carta abierta e inconclusa al presidente Raúl Castro Ruz

 

Con el mayor respeto que usted como persona se merece, considero que no es muy difícil desde el marco de un lindo y emocionante discurso de clausura, y rodeado por el más más dócil y comprensivo auditorio, por demás convenientemente homogéneo y por ende poco representativo, hacer arengas infructíferas. La gran mayoría de los cubanos, tras más de 57 años de consignas, creo que se han desencantado de esas frases estériles y estereotipadas, hijas de la rigidez ideológica de un absurdo y arcaico monopartidismo.

Si usted de verdad, y así quiero creerlo, desea ´romper la colosal barrera psicológica´,  le invito a que comience con su ejemplo personal, y haga uso de sus facultades y prerrogativas como presidente, permitiendo y promoviendo que todos los cubanos, sin excepciones políticas, religiosas, o ideológicas, participemos democráticamente en la construcción de una patria que no es de algunos, sino de todos, donde el debate y el consenso respetuoso, abarcador y auténtico, promueva desde las raíces el diálogo ciudadano a nivel nacional y la democracia deliberativa, donde a través de elecciones libres el pueblo elija directamente a la persona que le va a sustituir a usted, y no ya por la excluyente decisión de 600 y tantos delegados de la Asamblea Nacional.

Estoy plenamente convencido de que para que en Cuba las cosas marchen como deberían marchar, el diálogo tendría que ser prioritariamente entre el gobierno y el pueblo, y no esencialmente con los vecinos del norte. Porque, ¿de qué nos valdría llevarnos bien con los que viven al lado de nuestra casa, si estamos enemistados con los que viven dentro de ella? Improbable convivencia.

Salga del escenario político en el año 2018, como usted mismo ha anunciado, pero por la puerta ancha. Que sea su última voluntad presidencial esa que cierre con broche de oro su trayectoria hasta aquí. Que la historia diga de usted que tuvo aciertos  y errores, quién no, pero que  al llegar a la meta final estuvo a la altura de lo que su pueblo de verdad necesitaba. Por ejemplo: en sus manos está la posibilidad de terminar con la bárbara infamia de que tantas personas estén guardando injusta prisión por el simple hecho de pensar diferente, hablar diferente y actuar diferente. ¡Qué pena que muchos de los mejores cubanos están, han estado  o estarán  tras ignominiosas rejas, gracias a la intolerancia y el odio hacia lo diverso! En nombre de la decencia y el más elemental sentido  común, acabe con esto de una vez y para siempre. Las ideas no se matan. Usted mejor que nadie conoce el significado de esta frase. Sobre sus hombros descansa nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos. Por favor, no nos defraude. Las generaciones del mañana se lo agradecerán.

Cambiemos aquellos artículos de la Carta Magna que los tiempos modernos así lo demanden. Eliminemos para siempre esos blindajes constitucionales, que lejos de expandirnos nos encierran y limitan, que lejos de hacernos más prósperos nos empobrecen y atrasan, que lejos de hacernos más libres nos esclavizan y destruyen. Las irreversibilidades en el modelo económico y político cubano no están en sintonía con los sueños de la mayoría. Lo que la historia ha demostrado con creces que no es funcional, ni se mejora ni mucho menos se perfecciona: se desecha. Si la revolución no es revolucionada, pierde su esencia y razón de ser. Una revolución sin democracia es insípida, cadavérica  y destinada a autodestruirse.

Por favor, sueñe el sueño de todos y con todos, y no solamente el suyo, o el de unos pocos y descontextualizados simpatizantes, que gravitan y mandan desde la altura de una satisfecha y todopoderosa élite clasista a años luz de la realidad, que se arrogan el derecho de decidir por los demás sin ni siquiera consultar la opinión popular, bajo la aureola de ser defensores a ultranza del socialismo, pero que viven de hazañas  pasadas, aferrados a cargos y jerarquías que les reportan sustanciales dividendos, en la burbuja de un primer mundo al estilo del capitalismo más desarrollado. ¿Quién quisiera conscientemente renunciar a semejantes facilidades, verdad? Es muy fácil hacer política desde la abundancia, mientras se exigen sacrificios y austeridades a los demás. ¿Qué  están  defendiendo, el marxismo- leninismo, la revolución, o estarán acaso garantizando sus futuros y el de sus hijos? Esto resulta intolerable, por ser muy injusto, bochornoso y decepcionante. El más grande de todos los cubanos sentenció: «La patria es aras y no pedestal» Esto lo resume todo.

No obstante, y sin el menor atisbo de amenaza, si usted, por determinadas razones pensara o actuara de otra manera, es su derecho, y por lo tanto le respeto, pero en el pleno ejercicio de hacer valer nuestras libertades individuales, no claudicaremos en el empeño de un grupo cada vez más creciente de cubanas y cubanos dignos pero indignados, valientes y audaces, que de muy buena gana hemos renunciado voluntariamente al exilio forzado y al inmovilismo cívico de quedarnos de brazos cruzados mirando hacia otra dirección, esperando toda una vida en cómplice y cobarde silencio, mientras Cuba agoniza en el lecho infame del abandono más miserable.

Hemos comprendido que la patria ya no es más un laboratorio de pruebas, donde «expertos bien intencionados” experimentan, para ver cuál es la estrategia que da resultado y nos saca «milagrosamente» de la interminable y cada vez más agravada crisis, entre tanto «nos conseguimos  otro padrino  económico o socio comercial «, que nos subvencione y apuntale cual tabla de salvación, a cambio de exportar revoluciones e izquierdismos. Ya hemos perdido demasiado tiempo. El reloj de la historia y la vida real no tienen retrocesos. Ni un cheque en blanco más.  Más de medio siglo en el poder, y con las riendas de millones de destinos en sus manos, deberían bastarles  para demostrarse a ustedes mismos, cuán capaces o incapaces han sido como líderes políticos. Ha llegado el momento de que seamos los protagonistas de nuestras propias historias y destinos. Es nuestro turno. Se nos agotó la espera. Nos asiste el más elemental deber y derecho moral y humano.

El pueblo es el soberano. Por tanto, el pueblo es el que manda y decide. Los cambios los proponemos nosotros. El estado sólo  implementa, y no al revés. Los funcionarios  públicos son nuestros servidores y no el pueblo los siervos de ellos. Cese el maltrato y la intimidación. No más presiones sobre nuestros cónyuges, hijos, familiares, amigos y conocidos, para hacernos desistir de nuestra lucha pacífica. Jueguen limpio y de frente. Eso es integridad. Extíngase el soborno y el tráfico de influencias. Desterremos la desvergüenza y la infamia.

Desaparezca la Seguridad del Estado (como instrumento de censura), y que de sus cenizas nazca la Seguridad del Pueblo. Es el pueblo el que necesita seguridad, y no el estado. El Estado estará seguro, sólo cuando el pueblo viva seguro, porque el poder del estado emana del pueblo y no al revés. No puede un Estado disfrutar de Seguridad, mientras el pueblo gime bajo el agobiante peso de la desesperanza y el regio control, a menos que sea por la fuerza. Surja  una nueva generación  de ciudadanos inmunes a vivir  fingiendo, aparentando, actuando. Empléense los exiguos recursos que tenemos, no en intentar acallar las voces de los que se oponen, sino en hacer un poco más felices a las personas, para que éstas no tengan que marcharse a un país extraño, huyendo de sus propias pesadillas existenciales en estampida,  por tal de ir en pos de un sueño a cualquier precio.

Existe una ley de ajuste cubano, porque el cubano anormalmente malvive ilegalmente desajustado. En la lucha de contrarios está el desarrollo. Basta de decirles a ustedes lo que quieren oír y no lo que tienen que oír. Con mentiras no  matamos nuestras miserias, sino que son ellas las que nos están matando lentamente día a día. No culpen más al bloqueo. Más comida y menos detenciones. Mejoren los salarios y no la represión. Prisión  para los delincuentes  y no para los disidentes. Que Cuba se abra al mundo, pero primero a los cubanos.

Viva la crítica abierta. Viva la honestidad. Vivan las buenas propuestas vengan de donde vengan. Viva  el ser humano. Viva la nueva Cuba.

A pesar de todos los riesgos y desafíos que esta lucha entraña, los asumimos con vergüenza y decoro, así como en su momento, admirable y oportunamente su generación lo hizo.

Que Dios de todo corazón le bendiga y le guíe en su responsabilidad para con Cuba y su gente, es mi más  sincero deseo,

 

Carlos Raúl  Macías  López

Un cubano sin máscaras

 

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Carlos Raul Macias

Nací el 19 de diciembre de 1971. Me gradué como doctor en medicina en 1996 y de especialista en primer grado en Medicina General Integral en 2002. Cursé estudios en el Seminario Teológico Metodista, donde me licencié en Sagrada Teología con título de oro en 2014. Soy miembro del Movimiento Somos Más. Actualmente estoy trabajando en la propuesta cívica independiente Por Otro 18. Me desempeño como pastor de una iglesia en Jagüey Grande, provincia de Matanzas. Escribo para diferentes medios independientes, con el propósito de reflejar la realidad de mi país, y hacer propuestas objetivas.

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One comment on “Infamias ¿Barrera real o imaginaria? (II Parte)
  1. Carlitos, eres una persona que como otros más hablas por la mayoría de los cubanos, debe ser un desencanto para ti, que la gran mayoría de loc cubanos siguen a sus líderes Fidel y Raúl y defienden su revolución, no hay nada mejor.
    En Cuba, todos los cubanos pueden participar democráticamente en la construcción de una patria que es de todos y no de algunos que se quieren adueñar de ella, y me refiero a aquellos que pretenden regresar al capitalismo, los que pretenden eliminar lo que la revolución les ha dado a su pueblo en beneficios sociales, los que quieren que Cuba sea de nuevo colonia de EE.UU o incremente una estrellita más en su bandera. Esos que andan haciendo discursitos y videitos difamatorios.
    En Cuba, todo el que quiera participa en los procesos electorales, proponer sus candidatos a diputados y elegirlos, nada te limita, a no ser tus propias ideas y ambiciones personales. Sobre este tema no voy a escribir mucho pues desde las ultimas elecciones que se desarrollaron en Cuba hasta la fecha hable bastante. Solo una cosa, los 600 y tantos delegados que dices de la Asamblea Nacional, fueron propuestos y elegidos por su pueblo, que considero no es el tuyo, porque no piensa como tú, y cuando que haya que elegir un nuevo presidente, se hará como hasta ahora, sin fanfarria ni chismosería, como pretenden uds.
    Sobre el dialogo entre el gobierno y el pueblo, siempre ha existido, y por lo general el pueblo ha apoyado a ese gobierno porque confía en el, sus líderes se han ganado esa confianza, tienen méritos, de la cual uds no gozan ni un ápice. Ah, con quien si el pueblo revolucionaria nunca va a negociar es con mercenarios ni contrarrevolucionarios que venden su alma al diablo. Por cierto hoy se lleva a cabo restablecimiento de relaciones con EE.UU, aunque no del todo mientras siga el bloqueo, pero debo aclarar que los de adentro que están enemistados con su gobierno, también están enemistados con su propio pueblo, por la sencilla razón de que el pueblo los conoce, saben de la pata que cojean. Como bien dices al principio son 58 años de revolución y de experiencia lidiando con personas como uds.

    Voy a concluir este escrito porque después de leer el resto de los párrafos, no le veo razón de más comentarios, ya que haces un llamamiento a que Cuba entregue su libertad, desista de todo por lo que los cubanos han luchado durante tantos años, y deje su destino en manos de un atajo de ambiciosos arribistas y pretenciosos, cambien la mentalidad y podrán participar en la creación de una Cuba mejor, y sobre todo para comprender muchas cosas que hoy les nubla en cerebro y la vista.
    Finalmente es indignante lo que escribiste respecto a la Ley de Ajuste Cubano, que tantas vidas ha cobrado, parece que esa parte de la historia no te han explicado bien los amos, no mereces más atención que la hunga de mi perro.
    Viva Cuba libre de contrarrevolucionarios y vende patrias, que no tendrán nunca cabida en un país que luchó, lucha y luchará siempre por su independencia. Uds. Nunca tendrán cabida en ningún país porque sus ambiciones no los dejaran. Viva el pueblo de Cuba, el pueblo de verdad, ese que día a día trabaja para salir adelante.
    Ah, creo debías dedicarte más a predicar la palabra del Señor y dejar la política de un lado, creo que en Romano XIII se dice algo al respecto.

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