Por: Pedro Acosta
Muchos, desconociendo la problemática en la economía se quejan de los altos precios en los restaurantes particulares. Mas deberían quejarse de los que tienen los restaurantes estatales, pues no los acompaña la calidad así como tampoco el trato que a los clientes dispensan.
En conversación con varios dueños de restaurantes y cafeterías estos me expusieron sus muy argumentados puntos de vista. Claro está, pidiendo el anonimato, pues a ellos, más que al resto de los cubanos los acompaña el temor de expresar públicamente lo que piensan ya que podrían sobrevenir represalias con el consabido final del cierre de su pequeño negocio.
Uno de ellos me narró una graciosa anécdota. Una vecina, que nada conoce sobre contabilidad ni economía, le expuso que debería vender más barata la cerveza porque a 1.50 CUC era muy cara. Él dijo: “Pregúntale a tu esposo que es economista y luego me cuentas”. Horas más tarde la vecina se le acercó y le comentó: “Mi marido me hizo un análisis y ahora pienso que en realidad ¡la vendes barata!”
Hagamos un somero análisis de un producto de alto consumo en estos lugares: la cerveza. Una cerveza la adquieren en 1 CUC y la venden en 2 CUC, Y usted se dice, ingenuamente, que le están ganando el doble. Craso error.
Veamos:
Por esa cerveza que vende en 2 CUC el dueño debe pagarle al Estado, además del CUC en que la compró, electricidad, agua, impuesto mensual y lo que corresponda por la Declaración Jurada Anual. Todos los acápites en conjunto representan alrededor del 25% del precio de venta, o sea no menos de 0.50. Sumando ambos gastos tenemos un total de 1.50 CUC. Por lo que el gobierno retiene el 75% del precio de venta. Al dueño le van quedando solo 0.50 CUC de los que debe descontar, transporte, insumos y el salario de sus trabajadores.
Uno de ellos manifestó: “El impuesto es igual para todos. Yo no puedo vender la cerveza en más de 1.50 porque los clientes no me la comprarían. No es lo mismo un Restaurante en Miramar o en el Casco Histórico donde hay gran afluencia de turistas que uno en el Cotorro, el Cerro o la Lisa. Y eso deberían tenerlo en cuenta a la hora de cobrar los impuestos.”
Continúa: “Y no hablo del impuesto fijo mensual sino del que establece la Escala Progresiva Anual”.
Un dato curioso con relación a la Declaración Jurada Anual, si después de sacar las cuentas el cuentapropista aún le debe al Gobierno – es lo normal- la persona está en la obligación de desembolsar el débito, pero…y aquí resalta la justicia del sistema impositivo y lo mucho que el régimen considera a ese tipo de trabajadores…pero si el Estado recibió más dinero del que le corresponde según la Declaración Jurada, este no le reembolsa el dinero al cuentapropista, sino que se lo apropia.
Otro que tiene un Restaurante en Playa expresa: “La Asamblea Nacional aprobó el impuesto para los trabajadores por cuenta propia sin pedir muchas explicaciones y sin hacer muchos análisis. Recuerdo cuando la Ministra de Finanzas y Precios –creo fue ella- al responderle a un Diputado por qué los impuestos eran tan altos lo hizo con una soberana tontería y nadie la rebatió.”
Al indagar cuál fue la respuesta de la Ministra dijo: “La señora expresó que los habían puesto altos no fuera a ser que al ganar mucho dinero -los particulares- estos dejaran de trabajar.”
“En esa “discusión” – dijo otro dueño de restaurante- estaban presentes Kcho, Miguel Barnet y Frank Fernández. Si les pareció tan bueno y justo el sistema de impuestos para nosotros, ¿por qué no lo reclamaron para sí? Ellos tienen uno diferente al nuestro.”
Hace tiempo el Gobierno viene coqueteando con los precios mayorista para los particulares, pero es otra de sus maniobras de distracción. Abrieron una tienda por el Náutico y el costo de los productos es casi igual y la variedad de productos es irrisoria lo que no permite que se puedan rebajar los precios en las cartas de los Restaurantes Privados.
Ahora la emprenden de nuevo con las “Paladares”. Se ha detenido la entrega de licencias para estas y se les está exigiendo, después de más de 20 años, que deben tener un certificado que los califique en sus funciones.
Si se hace un pequeño análisis partiendo de que un dueño de cafetería o restaurante compre productos por un valor de 100 mil CUP y triplica el precio al elaborarlo y después venderlos, de esos 300 mil CUP que daría la venta el Estado cubano se apropia, por diferentes vías, de no menos de 225 mil CUP. Recuerde: Cuando usted paga a un particular 2 CUC por una cerveza, al bolsillo del régimen van a parar al menos 1.50 CUC.
Entonces, ¿les queda alguna duda de quién en realidad fija los precios en los restaurantes privados?
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los precios los fijan los dos ladrones de siempre
Buen comentario amigo, y es así, pero hay algo real y no digo que todos lo hagan, la cerveza la consiguen hasta 15 cent menos por otras vías, igual que todo lo que se compra dentro por el mercado negro, ahora el que hace lo debido su negocio fracasa, no por falta de trabajo, sino por falta de apoyo de instituciones que deben estar creadas para esto,es un tema amplio y controversial que al final sera siempre la misma causa, la estructura credada para que nadie tenga mas de lo que ellos quieran, es así un sistema de has lo que te digo y no lo que yo hago!! Todas las tiendas en divisas con precios por la nubes y que el cubano común esta forzado a comprar varios de sus ofertas para un mes a quien pertenece!? En fin somos el resultado de la obligación social que se ha impuesto, pero igual existen personas con mas dinero que otras, y no por ser universitarios o hiper inteligentes, solo por jugar su mismo juego, si el estado no da ejemplo nunca nadie sera disciplinado, si hay corrupción, arriba, que espera que hagan los de abajo, estamos condenados, y eso solo se cambia con otra formación y ejemplos concretos de superiores mientras en nuestra isla continuará el bayu «» de arriba y abajo, como ratón y gato»»
muy buen artículo, por eso el estado piensa y trata a todos como ladrón, y quien siempre ha robado hasta los sueños al pueblo, es el estado; descarada o solapadamente.