Por: Pedro Acosta (Nikka)
Aeropuerto Internacional José Martí, terminal tres, nueve de la noche del 25 de mayo del 2017. Casillas de inmigración números uno, dos y tres.
Los equipos de estas presentaban serios problemas pues no reconocen los pasaportes emitidos de tres cubanos. Algo que de manera esporádica, según comentaban los funcionarios de inmigración frente a los “afectados”, venía sucediendo desde hacía varios días.
-Pregúntale a ese señor cómo es posible que si se le perdió el pasaporte tenga otro nuevo.
-¡Otra vez el problema con las máquinas!
-¡Imagínate! Dijo una “jefa”- Tendrán que esperar a que esto se solucione.
Todos los comentarios eran lanzados a vuelo. Solo para que los “aquejados” oyeran.
Al fin, tras veinticinco minutos de espera, se soluciona el problema. Ya en el área aduanera, con teléfono en mano y mirando la foto que aparecía en su pantalla, se acercaban las funcionarias de este departamento al señor alto, canoso y con barba y le preguntaban:
-¿Es usted fulano de tal…?
-Sí
A la tercera que pregunta el hombre le dice.
-¡Sí! ¿Quieres que te firme un autógrafo?
Se pasa por el detector y la requisa personal. Hay una larga fila en espera de que les pesen y/o revisen el equipaje. Son más de veinte. Un “jefe” de Aduana se acerca al señor de barba:
-¿Es usted fulano de tal?
El interrogado se detiene y sonríe… No contesta.
-Espere un momento por favor. Y ustedes dos también.
Llama a una “especialista” aduanera que directamente se acerca al señor y le dice:
-¿Es usted fulano de tal? – de continuo, sin esperar respuesta- Acompáñeme por favor.
-¿Adónde?
-Aquí enfrente. Usted ha sido seleccionado, al voleo, para revisar su equipaje.
-¡Al “voleo”! –Y sonríe.
Los otros dos seleccionados, un hombre que frisa los cuarenta y una bella y alta joven de unos veinte y tantos, son conducidos a otro lugar.
Pasando por delante de todos los que esperan, algunos por horas, para ser sometidos a la requisa. El hombre es conducido hacia una de las mesas de revisión. Ni siguiera le pesan el equipaje.
Los presentes, intrigados, acompañan con su vista al hombre de barba.
-¡Ñoo, ese temba es un mafioso!
-Viste. ¡A los dos secuaces se los llevaron aparte!
– ¡Asere! ¿Es terrorista?
Esas, y otras por el estilo, eran las expresiones de los presentes. La intriga, la tensión creada alrededor de los tres personajes podía medirse.
Muchos esperan ser testigos de un hecho que sería publicado en Granma, Juventud Rebelde y sobre todo en el Noticiero Nacional de la TV.
La “aduanera” mientras abría el equipaje interroga al hombre.
-¿Quién lo acompaña? ¿Nombres? ¿Piensa viajar otra vez? ¿Qué hizo donde estuvo?
-Y… ¿Qué tienen que ver esas preguntas con la revisión de mi equipaje?
-No se preocupe señor. Son preguntas de rutina.
– ¿De rutina? Y… ¿Por qué la de al lado no lo hace? No me preocupa. Me da gracia lo que me dices y preguntas.
Se acerca a la mesa de revisión un hombre joven con pelado muy bajo. Evidentemente es un militar.
Conversa con el… ¿mafioso, contrabandista, terrorista? Le dice algo al oído de la “aduanera”. Se aleja y continúa, a distancia, observando el registro-interrogatorio.
Tras una hora y quince minutos despiden, con una fingida disculpa, al hombre.
-¡Que bárbaro! Al tipo no le encontraron nada.
-Nada de terrorista. ¡Míralo, ese puro es un contrabandista!
-Y parece que lo conocen. ¡Lo estaban esperando!
Uno que parece saber quién es le hace, con los dedos, la consabida señal de ¡Victoria! Otros, que parece se han dado cuenta de qué iba la cosa lo saludan cuando este pasa por su lado.
Todo había sido una muy mala y fallida puesta en escena de los funcionarios de inmigración y aduanas, dirigidos por la Seguridad del Estado.
Al llegar, y por las miradas que desde sus casillas de control les dirigían las funcionarias de inmigración los viajeros supieron que tendrían “problemas”.
El temor jamás los acompañó, es algo habitual, solo la indignación y la pena por aquellos que a tan despreciable actuar se brindan.
Ellos eran Joan Manuel Núñez, miembro del Movimiento político de oposición Somos+ quien además lleva el exitoso programa, en canal YouTube: “Cubanos sin miedo”. Rachel Vázquez miembro de la misma organización quien filma y edita el programa: “Canal Café”.
Y el “peligroso” terrorista-mafioso, que publica en el periódico digital 14ymedio, en el blog somosmascuba y en el aualasabiertas. Y es quien esto escribe: Pedro Acosta, Miembro del Consejo Nacional del Movimiento.
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Pedro Acosta
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Que come mierda el autor y los demas, como si en otros aeropuertos del mundo eso no se hiciera, gracias por la novela me entretuve leyendola, realmente esperaba otro final, pero la gandilocuencia del autor no deja para otra cosa.
Gracias a la comunicacion cybernética el mundo se entera de la realidad cubana.
A los 58 años de la TIRANIA Cubana, la disidencia es imparable, no empece los obstáculos que le pongan a estos movimientos.
La dictadura tiene una piedra en su zapato y le molesta pero tiene que seguir caminando con ella porque si se quita el zapato para sacar la piedra.el mundo verá cuan sucios son sus pies.
Círculemos estos videos, artículos etc. y demostremos al MUNDO LIBRE las injusticias que sufren los cubanos que viven en nuestra Patria.