Apuntes de un libre pensador

 

Por: Ezequiel Álvarez

Por razones que solo la existencia puede explicar, siempre cuestioné las creencias y preceptos establecidos. Desde pequeño, cuando la lógica me decía esto no era así, pregunté y pedí explicaciones. No todas las respuestas que me dieron las pude aceptar cuando independientemente mis observaciones me indicaban otra cosa.

En Cuba cuando el sistema comenzaba a establecerse mi inhabilidad de ser seguidor me señaló. Tales como fueron cuando le dije la verdad a quienes venían a organizar la UJC en Jagüey Grande, cuando mi hermano y yo rehusamos ponernos de pie y cantar la internacional después de un concierto.

Una vez en el exilio mi tendencia a la inconformidad a aceptar la normalidad se manifestó de muchas maneras. Cuando en la preparatoria la maestra preguntó cuál era el trabajo más importante. Esperando de los alumnos una respuesta normal como doctor, científico o lo que fuera, yo le contesté el de basurero. Claro pensé, que si no hay nadie que recoja todos los desechos, estaremos nadando en basura y las enfermedades y la pestilencia destruirían la sociedad, era mi racionamiento. Claro que la respuesta no fue aceptada.

De la universidad, tengo poco que decir. Me daba la impresión que en vez de enseñarme, estaban tratando de moldear mi pensamiento en vez de enseñarme a pensar.

Hasta en el ejército, la maniobra que tuve que hacer para dejarme el bigote, me costó la promoción al próximo rango. Pero demostré mi individualidad como latino con el bigotico que pude tener.

Ya después en la vida civil en mi juventud, me la di de bohemio, de poeta, de filósofo callejero.

No por eso abandoné mi educación y fui a una escuela de diseño de arquitectura. A la misma vez que me dediqué a leer cuánto libro encontraba en todos los temas que consideraba importante para avanzar mis conocimientos. Leí acerca de todos tipos de religiones buscando comprender las diferentes creencias. Física, astronomía, geología, biología, química, sociología, etc… En fin cuánto tema del conocimiento humano que en el momento me intrigaba. Pero siempre viéndolo como opinión del autor, y yo asimilando el conocimiento y llegando a mis propias conclusiones.

Es exactamente por eso que se me ocurre pensar de los creyentes en escuelas filosóficas e ideologías políticas, que si es porque a alguien se le haya ocurrido algo, yo tengo que aceptarlo como guía y verdad absoluta, está muy equivocado. Nadie tiene todas las verdades, nadie tiene todas las respuestas. Se puede aprender algo de alguien. Se puede aplicar algún concepto de otros. Pero la decisión final de lo que creo es cierto, la tendré yo. Le aseguro que en algo estoy equivocado y no tengo todas las respuestas. Sabré escuchar su opinión personal y si la creo correcta la integraré a mis conceptos.

Pero, por favor, no venga repitiendo propaganda, ideología ajena, mitología arcaica, filosofía de otros porque lo dijo fulanito de tal, prefiero oír su opinión propia, filtrada en ese instrumento que tiene en la cabeza.

Mucho menos venga a decirme que las cosas hay que hacerlas así porque fue la idea de un gran pensador o de una escuela de teoría política. Las cosas que se hacen son las prácticas y las que trabajen y beneficien al pueblo. Se llega a un acuerdo, se tratan y si no funcionan se tratan otras. La flexibilidad, el apruebo de la mayoría y los resultados positivos determinarán el resultado correcto.

Las libertades de pensamiento, económica, política, etc…son la clave de una sociedad mejor. Una sociedad de libre pensadores que actúan con sensatez y madurez es la respuesta para conseguir una nación que responda a las necesidades de sus ciudadanos. Flexibilidad y adaptación a las corrientes del presente, con una comprensión de las necesidades futuras, son claves. Permanecer en creencias ideológicas, partidarias de índole estático no son nada más que impedimentos al presente y al futuro de la nación.

 

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Ezequiel I. Alvarez

Nací el 14 de Junio de 1946 en Cárdenas Matanzas, Cuba. Ingeniería Eléctrica por profesión, Poeta y "comentarista" por vocación. Colaborador en la producción de la revista "Los Pinos Nuevos" en Chicago y el periódico de "La Agrupación Abdala" en Nueva York 1971-1980. Actualmente soy miembro del Movimiento Somos+ y esta es mi manera de colaborar humildemente con todos los que hoy están creyendo que sí se puede, con todos los que hoy mantienen la esperanza y continúan.

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3 comments on “Apuntes de un libre pensador
  1. // Toda la libertad posible //

    Pero sin llegar a afectar a los demás. Si los demás claramente deciden que usted no «puede» hacer algo siendo miembro de la sociedad, tendría consecuencias por hacerlo.

    Y siempre debía tener la libertad de abandonar la sociedad que no le parece bien, o tratar de cambiarla siguiendo las reglas establecidas, o arreglárselas para convencer a la gente de cambiar las reglas…

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