La gran farsa marxista-leninista

 

comunismo

Por: Ezequiel

El Renacer de una era de Prosperidad

La ideología comunista nace en respuesta a un mundo que aparece después de la revolución industrial y el Capitalismo de «Laissez-faire», donde los dueños de industrias, terratenientes y «burguesía» en general, explotaban a la clase trabajadora y gozaban del fruto del trabajo de otros, mientras los trabajadores y campesinos viven en condiciones pésimas atados a un sistema de dependencia económica del cual ellos no tienen escape.

Los ideólogos comunistas conciben una utopía sin clases donde todos son iguales y se vive en paz y armonía en una escena idílica de cuentos de hada.

A no ser por unos pequeños detalles, que constantemente se han interpuesto, a que ese cuadro del cuento se convierta en realidad. Principalmente porque todo se desintegra por una pequeña variante que es la naturaleza humana.

Nadie es igual, no todos tenemos la misma ambición de progreso, habilidades y destrezas. Nuestros atributos físicos demuestran claramente nuestras diferencias y la realidad de nuestra existencia. Yo con mis 73 kilos de peso, jamás podré soñar con ser campeón mundial de peso completo en los Juegos Olímpicos. Al igual que en la vida cotidiana no todo el mundo da para la misma cosa.

Forzar una igualdad inexistente solamente ha creado una desigualdad mayor y una disfunción total en el sistema comunista. La vanguardia del partido que se ha encargado de acaparar todos los medios de producción, educación, transportación y en realidad todos los sistemas de la nación, para convertirse en una nueva burguesía totalitaria, se aferra aún más que la cual pretenden destituir. Mientras que un pueblo obligado bajo pena de muerte y prisión a participar en un sistema de «igualdad» inexistente, ineficiente y asfixiante de toda iniciativa individual. En realidad el comunismo ha pasado a ser la antítesis de todo lo que ha predicado y propuesto llegar a ser.

Inexplicablemente la infiltración del idealismo seductor de una falacia abstracta ha llenado a generaciones de una expectativa inalcanzable que proponen perseguir. Y nosotros que hemos vivido esa debacle miramos cómo la tragedia se extiende sin control ante la apatía y una ignorancia de la realidad.

Pero como todo movimiento histórico corre su curso y es remplazado por algo mejor. Vemos en el horizonte surgir una nueva comprensión. El concepto de igualdad, de oportunidad y de recompensa de acuerdo con el esfuerzo y la habilidad personal, describe un sistema más justo e imparcial.

 

#Cuba El concepto del balance dinámico del pragmatismo demuestra posibilidades de un futuro mejor Clic para tuitear

 

El concepto del balance dinámico del pragmatismo demuestra posibilidades de un futuro mejor. Donde la sociedad acepte que el individuo es la base primordial de la sociedad y la libertad individual es “paramount”. A la misma vez que el individuo reconozca que es parte íntegra de una sociedad y sin ella no puede existir. La responsabilidad de la sociedad hacia el individuo y del individuo a la sociedad debe mantener ese balance para que progrese y se mantenga la ecuanimidad nacional.

Las nuevas generaciones nacidas del desastre creado por el comunismo, buscan una alternativa viable que corrija las faltas del pasado y proporcione a la sociedad ese medio ambiente de libertad personal y económica sin olvidar el bien común y la responsabilidad social. Donde se premie en esfuerzo personal del individuo y este mismo esfuerzo sea de bien para la población en general.

Las leyes y constituciones del futuro no deben favorecer a nadie en particular, pero sí ser instrumento de orden que permita a una sociedad en cooperación equitativa avanzar a un futuro mejor.

 

 

 

 

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Ezequiel I. Alvarez

Nací el 14 de Junio de 1946 en Cárdenas Matanzas, Cuba. Ingeniería Eléctrica por profesión, Poeta y "comentarista" por vocación. Colaborador en la producción de la revista "Los Pinos Nuevos" en Chicago y el periódico de "La Agrupación Abdala" en Nueva York 1971-1980. Actualmente soy miembro del Movimiento Somos+ y esta es mi manera de colaborar humildemente con todos los que hoy están creyendo que sí se puede, con todos los que hoy mantienen la esperanza y continúan.

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