Por: Ezequiel Álvarez
Creo que es esencial y necesario la existencia de diferentes organizaciones, en la resistencia contra la dictadura militar totalitaria castrista. Si luchamos en contra de un sistema monolítico, es indispensable comenzar desde una base pluralista, donde diferentes ideas tengan cabida.
Si la mayor falta de comunismo, es pretender que todo el mundo se someta a una ideología única por la fuerza, nuestra respuesta no puede ser, otra solución antagónica de la misma índole.
El ser humano por naturaleza, representa una diversidad de opiniones. El sistema democrático predica la libertad de asamblea, y como proponentes de la democracia para Cuba, debemos de aceptar que otros puntos de vista, también tienen derecho a participar en la oposición.
Partiendo de esta premisa, propongo que sepamos trabajar en conjunto en esta etapa, y dejar que el proceso electoral, sea el que decida el rumbo democrático que tomará la nación.
Mientras tanto continuemos, cada cual de acuerdo con lo que nos dicta nuestra conciencia, respetando el mismo derecho en otros, trabajando en conjunto por el mismo ideal.
Preparemos las bases desde ahora, para que en la eventualidad venidera, estemos listos para prevenir la repetición de la tragedia presente. Una estructura en pie, que sirva de paso seguro a una democracia constitucional, aprobada previamente por los partidos de oposición, es una solución que deberíamos explorar y trabajar para convertirla en realidad.
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Si Ezequiel, totalmente de acuerdo contigo; pero esa misma diversidad implica un peligro al que debemos estar atentos: ¿cuántos líderes «dirigen» una organización opositora, generalmente poco extendida, y tienen como único fin que cuando llegue el cambio (que todos estamos seguros que llegará) irse creando un «puestecito» en el nuevo Estado?
Ese es el cancer que enfermó y dejó agonizante a nuestra República, siendo el castrismo solo su asesino final, y tenemos que estar atentos para que no vuelva a suceder lo mismo.