Por Kaned Garrido
Cada año el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI por sus siglas en inglés) calcula el abuso del poder público en cada país. Analistas y empresarios ofrecen sus apreciaciones de cómo ven la corrupción en el sector público. A partir de las opiniones de expertos se obtiene una puntuación y se compara mundialmente.
El CPI define la corrupción como el abuso del poder oficial para obtener ganancias personales. Las fuentes no distinguen entre la corrupción pequeña y la grande.
Los primeros puestos del 2015 los obtuvieron Dinamarca, Finlandia, Suecia, Nueva Zelanda y Holanda. Estos países tienen mecanismos de gobierno en los cuales el público puede hacer que los líderes rindan cuentas de sus acciones. http://media.transparency.org/maps/cpi2015-470.html
Por el contrario los países al fondo de la lista son en los que prevalece el soborno, la impunidad y las instituciones no responden a las necesidades de los ciudadanos. En el 2015 los peor calificados fueron Somalia, Corea del Norte, Afganistán, Sudán y Sudán del Sur.
Cuba obtuvo el lugar 56 en el ranking mundial. Es el cuarto mejor percibido en Latinoamérica después de Chile, Uruguay y Costa Rica. Su puntuación fue de 47. Se calculó partir de las puntuaciones que ofrecieron 4 fuentes:
Bertelsmann Foundation TI (40 pts)
PRS International Country Risk Guide (41 pts)
IHS Global Insight (52 pts)
Economist Intelligence Unit (54 pts)
Estas puntuaciones se promediaron para dar una puntuación total de 47, con un margen de error de 3,64. Puesta en el mapa mundial ocupa en el Rank 56.
No es una sorpresa, Cuba se ha mantenido en esos niveles en los últimos años. En 2012 obtuvo 48 puntos, en el 2013 bajó a 46 y en el 2014 repitió la puntuación de 46.
Fuente: http://www.transparency.org/cpi2015/
Sin embargo la cantidad de fuentes que participaron en la evaluación de Cuba fue baja. Países como Colombia, Dinamarca, Canadá y Uruguay son evaluados por 6 o 7 fuentes.
Si la corrupción se define como el uso del poder oficial para ganancias personales, hay un alto riesgo para un sistema en el que el 80% de la economía es estatal.
A esto se le suma lo difícil que es rendirle cuentas a una institución cubana, más la existencia de una prensa cohibida, un solo partido legal, y ningún mecanismo real para reclamarle al gobierno, más allá de las pintorescas formalidades.
El CPI no evalúa la corrupción sino la percepción de esta. El problema en Cuba es precisamente que no tenemos percepción de la corrupción. No sabemos qué sucede dentro de los gobiernos provinciales ni en los ministerios, ni lo que ocurre con las cuentas de las empresas. No hay transparencia en las estadísticas oficiales ni procedimientos claros que vayan más allá de la mera formalidad para denunciar la corrupción. Tampoco hay investigaciones independientes. Estamos a oscuras.
Pero por la desigualdad que se ve en las calles y la situación económica cada vez más asfixiante, es fácil deducir que tenemos un grave problema de corrupción en el país.
Es por eso que Somos+ se ha comprometido a reflejar en sus cuentas la transparencia que debería tener la nación. Es por eso que apostamos por darle poder a los ciudadanos para que puedan exigirle cuentas a los políticos, para que unos pocos no vivan del esfuerzo de millones de trabajadores.
Fuentes
http://www.icgg.org/corruption.cpi_2005_faq.html#1
El CPI según Transparencia Internacional
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