Por: José Manuel Presol.
Este mes conmemoramos la muerte de Frank País, y les pido me permitan empezar este artículo “autocitándome”: “Si se preguntase a cualquier cubano, de dentro o fuera de la Isla, de cualquier tendencia política, por el nombre del dirigente que debería haber ocupado la Presidencia de la República de Cuba tras la derrota de Fulgencio Batista, es seguro que la mayoría diría el mismo nombre: Frank País.”
Hablemos sobre él:
Consiguió una beca y el ingreso en la Escuela Normal; cosa hasta corriente, si no fuese porque tenía… ¡14 años!
En 1952, “asalta el Moncada”, presentándose con varios compañeros para reclamar armas y enfrentarse al golpe de Batista.
Creó, en 1953, Acción Revolucionaria Oriental – ARO, en la provincia de Oriente; pronto, por su crecimiento, le cambiaron el nombre por Acción Nacional Revolucionaria – ANR.
Admiró la acción del Moncada, contactó con Fidel en México, integrando ANR en el “26”. Erróneamente fusionó una organización estructurada con un movimiento que era poco más que los que había en México y alguno repartido por la Isla. No aparecieron, como tampoco en el Moncada, los 10.000 hombres que supuestamente Fidel había seleccionado para la Revolución.
Impartía clases cuando una persona le interrumpió y trasmitió un mensaje, escribió una nota para el Director y se marchó. Esa nota decía: “Disponga de mi puesto. Cuba me necesita.” De forma tan sencilla se integró en la clandestinidad; el mensaje recibido le decía que acababa de ser designado Jefe Nacional de Acción y Sabotaje del M26J.
“Su gente” realizó algunas hazañas; como la noche que todas las paredes de Santiago aparecieron con las palabras: “Abajo Batista. M26J”, o la sublevación de la ciudad apoyando el Granma. La media de edad de “su gente” estaba entre los 17 y 18 años.
Existían discrepancias con Fidel, basabas en: nula movilización del campesinado en la zona de guerrillas, las instrucciones de “todas las armas para la Sierra”, falta de respaldo a los documentos “Tesis Económica del Movimiento 26 de Julio” y “Nuestra Razón” y la posición castrista de caudillaje y desobediencia a las órdenes.
Se creó una nueva Dirección Nacional, donde “la Sierra” solo estaba representada por Melba Hernández, pero había más fieles a Fidel, como Armando Hart, que le avisó sobre su posible destitución.
Frank llevaba una temporada cambiándose de escondite, pues la Policía le acechaba. Ahora estaba en casa de Raúl Pujol, la quinta en pocos días. Había dado instrucciones a Enrique Cantó, Tesorero General del M26J, y a José Antonio Roca Ballesta (según creo, aún vive, exiliado en Estados Unidos desde 1961): “prohibido informar a Déborah donde me encuentro”. Se sorprendieron, pero alguien no hizo caso, pues, durante una reunión, el teléfono sonó. Una de las mujeres lo cogió y hubo, más o menos, la siguiente conversación:
- ¿Aló? Sí, un momento. – Se volvió hacia Frank – David (su nombre en la clandestinidad), es para ti.
Sorprendido, se acercó y se puso al aparato:
- ¿Sí?
- ¡Vete inmediatamente! Salas Cañizares tiene localizada esa casa.
Reconoció la voz como perteneciente a Déborah.:
- ¿Quién te ha dado este número?
- No importa, ¡pronto rodearán la casa y tienes que huir! – Seguidamente cortó la comunicación.
Frank comenzó a impartir órdenes:
- Ustedes – dirigiéndose a las mujeres – márchense inmediatamente, esperan ver un hombre, así que no tendrán problemas. Agarren estos papeles y guárdenlos. Bajo ningún concepto deben caer en manos de la Policía.
- Ahora, ustedes –a los hombres – cojan el auto y aléjense lo más rápido posible.
Todos obedecieron, menos Pujol, que insistió en quedarse.
Poco después, ambos estaban en la calle. Frank fue reconocido por un chivato y sus cuerpos terminaron acribillados a balazos.
¿Cómo conocemos esa conversación? La Policía había intervenido todos los teléfonos, pero el “26”, bajo la dirección de Carlos Amat y Rosa Casañas, habían montado un servicio de contraescuchas teniendo “pinchada” la línea de Salas Cañizares.
Silvia Álvarez, que estaba a la escucha, se quedó pasmada al oír una voz diciendo que retuviesen la línea pues solo sabía aproximadamente dónde estaba Frank, pero que tenía el teléfono y le iba a llamar. Su susto venía de haber reconocido a Déborah. Su miedo creció al percatarse de ya no era solo un blanco para la Policía, sino, también, para algunos de sus “compañeros”. Solo informó a Agustín País, hermano de Frank, y salió para el exilio. ¿Fue la primera exiliada por miedo a la represión castrista?
¿Motivos para la delación? Hay dos versiones. Una: Despecho, pues Frank había estado “ennoviado” con Déborah, pero la dejó para casarse con América Dumitru. Otra, Déborah ya trabajaba para el “equipo castrista”.
¡Ah! ¿Qué no saben el nombre real de Déborah? Pues se lo digo. Su nombre completo era: Vilma Espín Guillois.
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Jose Manuel Presol
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// Acción y sabotage //
Eran gente de acción y sabotage. Hay que tratar de crear un establecimiento nacional que jamás motive a alguien a tratar de «resolver» los problemas del país con acción y sabotage, y donde además todo lo que se asemeje a esos procedimientos sea tajantemente rechazado.
Yo nunca, al día de hoy, utilizaría «Acción y Sabotaje» para solucionar los problemas de Cuba. Esos tiempos han pasado. Pero, situémonos en los años de Batista; pocas alternativas quedaban más que la acción violenta.
Incluso Jesús, cuando no quedó otro remedio, ante la ofensa presente, se puso bravo y echó a los mercaderes del tempo a correazos.
Gracias por comentar, jmpresol.
No es justo exigir a quienes no tenían hace 70 años la experiencia que tenemos nosotros a estas alturas. Pero para mí está claro que en los 50s en Cuba había los medios para emprender un encauzamiento social correcto y provechoso para todos sin violencia.
Los abusadores existen y existirán (o tratarán de existir) siempre. Hay que saber cómo enfrentarlos e impedirles que cojan fuerza, o neutralizarlos una vez que están establecidos, como en Cuba y Venezuela.
Saludos.
En los 50 uno de los grandes dilemas de la oposición a Batista era la dualidad de «enfrentamiento armado» o «enfrentamiento legal».
Esto duró hasta las pseudo elecciones del 58, donde, en mi opinión, se produjo una ruptura, sin vuelta atrás, con la elección, por la gran mayoría de las organizaciones de la vía armada.
Sinceramente, personalmente, no creo que se hubiese llegado a ninguna solución por la vía pacífica, tal y como estaban las cosas en la segunda mitad del 58.
Una pregunta: ¿Cuántas organizaciones y medios masivos se dieron a la tarea de concientizar a la población del derecho, deber, posibilidad *y necesidad* de manifestarse y exigir públicamente *sin violencia* (sin tirar adoquines a las vidrieras durante las manifestaciones, p.ej.) el derecho a tener un orden social justo y bueno para todos?
Yo era un niñito, tengo poca información directa, pero tengo la impresión de que cuando el 10 de marzo en el país los políticos y activistas sociales se dividieron en dos grupos: unos a ver si sacaban ventajas del nuevo «hombre fuerte» y otros a agitar y crear violencia para ver si ponían a otro hombre fuerte que les gustara más. Y la pobre gente inactiva o asociándose a una de las dos tendencias.
No se puede hablar de organizaciones que utilizasen un método u otro, al menos hasta donde yo conozco.
Los dos principales partidos, ortodoxos y auténticos, tenían dos tendencias en su interior, una en un sentido y otra en otro.
En un momento u otro era más «fuerte» una tendencia u otra.
Lo que si está claro es que, a partir aproximadamente de mediados del 58, y siempre en mi opinión, cada vez era más numerosa la tendencia que apostaba por la violencia.
¿Quizás por ver que era muy posible un cambio de gobierno por las armas y aproximarse al vencedor. No lo se, eso es cuestión de un estudio muy profundo.
Estoy completamente de acuerdo. Hay otros medios de luchar. Aquello fue una locura que destruyó a demasiada gente buena. Lo de Cuba fue un salvajismo.
JMPRESOL
Aún cuando ya estas metido en la tercera edad, la vida no te ha enseñado nada, sigues mostrándote como una persona sin conocimientos de la historia de tú país, la verdadera, no la que has leído en España o la que quizás te contó tu padre. Yo entiendo eso, porque hay personas que no conocen a su patria y no se interesan por reconocer su historia, tu eres el caso, y aún cuando ya sé que eres el mayor tergiversador que he visto en este sitio, me sigo indignando cuando tratas de confundir a tantos jóvenes o mayores que incautamente pueden leer tu apócrifos artículos.
No pretendo contar la historia tal y como es, (ya eso está escrito por personas facultadas, que no somos ni Ud ni yo), que no es como lo dices, pues Frank País tiene muchísimos méritos como para que Ud los manipule y pretendas hacer ver una división entre los revolucionarios de aquella época, al decir de forma reiterada Frank y ¨su gente¨, pues su gente tenían las mismas ideas que Fidel y se sumaron al movimiento 26 de julio por una solicitud del propio Frank, el que nunca asaltó el Moncada, sino que se presentó para solicitar armas para defender la constitucionalidad del gobierno golpeado, pero ni remotamente eso se puede comparar con la acción llevada a cabo por la generación centenario, pues como Frank, miles se opusieron a ese mañoso golpe de estado.
Te rectifico un error que sé es por desconocimiento, no era Ramón Pujol, era Raúl el nombre del compañero de Frank quien cayó junto a él el día del vil asesinato, cometido por un personaje que quizás tú admires, pues enfrentó a la revolución que se gestaba, el paralelo contigo es que tú sigues ese enfrentamiento, por lo que no veo diferencia, creo que si hoy vivieras en Cuba y tuvieses la posibilidad cometerías esos mismos crímenes.
Te recomiendo que te leas el libro ¨Frank, entre el sol y la montaña¨, además lo lean otras personas, es histórico y de por sí desmiente tu fábula, también puedes mejorar tú historia si lees en la Wikipedia el escrito biográfico sobra Frank País, bastante cercano a la realidad.
Me encanta cuando contesta. Se nota que hago daño.
Creo que debería ser used quien leyese «Frank, entre el sol y la montaña», escrito por un General de su ejército y miembro del PCC, y por favor, sea crítico con las mentiras que contiene como la participación de Frank en el asalto al Cuartel Goicuría.
Tic, tac. el reloj de la historia sigue sonando y no es en contra nuestra.
Razón a quien razón tiene.
He cometido un error, efectivamente quién murió junto con Frank fue Raúl Pujol, no Ramón, como escribí por equivocación.
Por si no lo sabe:
Raúl Pujol Arencibia, de profesión dueño de una ferreteria (o sea un burgués que seguramente hubiese sido expropiado por su «revolución» por ser un explotador), militante de ARO y después de de ANR, a través de las que ingresó en el «26». Fue creador de «Resistencia Cívica» en Oriente, o sea de esa organización bajo responsabilidad de Manuel Ray, que fue Ministro del Primer Gobierno Revolucionario y que murió en el exilio.
Ah!!! por cierto, digales a los «facultados» historiadores de su histroria oficial, que quiten de su actividad el haber participado en actividades logísticas para la organización del II Frente Oriental, pues para cuando se creó ese Frente Raúl ya hacia tiempo que había muerto por la Patria.
¿Serás tonto, David? ¿Serás un obcecado que no ve más allá de sus narices? Le dices a Presol que sus artículos son apócrifos, pero no defiendes la inocencia de Vilma. ¿Será, acaso, que tú sabes la verdad verdadera y pretendes defender la historia que intentaron manipular los vencedores? Hmmm…interesante desliz. Gracias por el dato. Y el error de cambiar Raúl por Ramón se ve que, a todas luces, fue tipográfico. No pretendas poner a José Manuel como un desconocedor de nuestra historia, pues si alguien no la conoce o simula no conocerla, son ustedes, los tristes hombres de la oficina verde. Tengan buen día, señores. No podrán con la verdad, esa los está aplastando.