La prostitución en Cuba: Soluciones a una realidad de hoy (Segunda Parte)

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Por Jose Manuel Presol

La Cuba del mañana tendrá que enfrentarse a esta situación, la cual no se podrá resolver, por más esfuerzos que se hagan, en 24 horas. No se puede solucionar en un día el deterioro causado por más de medio siglo de ineptitud y corrupción.

Lo que sí debemos tener claro es que es lo que vamos a hacer.

¿Quiénes? Pues el que esto escribe, el que lo está leyendo, el que sea elegido democráticamente por el Pueblo, los maestros y maestras, los miembros de la nueva Policía Nacional, los profesionales de hotelería, los actuales proxenetas y personas prostituidas.

¿Qué? Lo que vamos a hacer no es perseguir a las víctimas, a intentar, como en los terribles años 60, su “reinserción social” (por cierto, ¿cuáles años no han sido terribles en las últimas décadas?). Lo que vamos a hacer es perseguir las causas.

Vamos a poner en poder de todas las víctimas algo que ahora no tienen: esperanza, fe en su futuro, visión de que puede hacerse otra cosa; y para ello lo que hay que hacer es hacer funcionar lo que no funciona: dotar las escuelas y centros de enseñanza con medios del Estado (incluidos, por supuesto, salarios dignos a los docentes) que sean adecuados para desarrollar su función; facilitar los recursos para que los componentes de los órganos policiales se puedan dedicar a perseguir el auténtico delito; posibilitar que los empleados de hoteles y demás puedan dedicarse a su función: hacer que la estancia de turistas que vengan a disfrutar de nuestra tierra sea satisfactoria, pero sin manchar a nuestra gente; conseguir que hasta para los proxenetas existan alternativas a su medio de vida y, sobre todo, hacer que los y las compatriotas prostituidos tengan un futuro.

Y como vamos a poner todo eso en su poder, pues situando a la persona, al individuo, en el centro de todas las decisiones. Recordando que la tan mentada soberanía nacional no es solo un concepto un tanto abstracto, sino que está formada por la decisión libremente manifestada de todos y cada uno de los ciudadanos.

Todo lo anterior está, por supuesto relacionado con una economía libre y próspera, para lo que hay que dictar leyes y facilitar medios para que se desarrollen empresarialmente los cubanos del interior, para que regresen cubanos del exterior y para favorecer la inversión extranjera. Sin una economía que lejos de estar dormida, como la actual, sea ágil, dinámica, que satisfaga las necesidades y que genere trabajo y riqueza todo lo hablado serán meras palabras.

Los recursos, al principio, van a ser escasos, es bastante probable que casi nulos, pero lo que haya se aplicará a generar trabajo, expectativas de mejora, a motivar a nuestros jóvenes, a decir a todos, en fin, que habrá un nuevo y mejor futuro, y será así porque ellos, si ellos, y no “papá estado”, serán los forjadores de lo que desean; costará trabajo, pero el día llegará en que una generación de cubanos, sin necesidad de abandonar la Isla, puedan ver salir de sus casas a sus niños dirigiéndose a una escuela donde comenzarán a construir su propio porvenir.

 

 

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Jose Manuel Presol

Nací en la capital de “la Tierra más hermosa que ojos humanos vieran”, un 23 de septiembre de 1952. Salí un 30 de septiembre de 1967, con quince años recién cumplidos y, por el horizonte, empezaba a salir el Sol. No he regresado. Estudios superiores, medios o básicos en muchas cosas, fundamentalmente: Economía, Industria Alimentaria, Agroindustria, Finanzas y Gestión de Proyectos, Transporte, Logística. Vicioso de la lectura. Aficionado a la Historia. Miembro de Somos+. Espero volver algún día, mejor dicho: estoy seguro que volveré y que acabaré de ver salir el Sol.

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