El pollo del arroz con pollo

Por Germán M. González

Existe cierta sorpresa en los medios digitales sobre la activa participación de la población cubana en los “debates” sobre el proyecto de constitución. Válida la extrañeza pues realmente el entusiasmo “revolucionario” es mínimo. Los procesos “eleccionarios” así como en las rendiciones de cuenta de los delegados, las reuniones de las organizaciones de masas en los barrios, centros de trabajo o estudia se caracterizan por su desarrollo formal, la población asiste y cumple con este trámite necesario para las verificaciones que se realizan en su vecindad para obtener un empleo, beca, ascenso, viaje el exterior, etc. Los servicios religiosos de todas las confesiones suelen mostrar mayor asistencia y alegría entre los feligreses.

Lo cierto es que los cubanos, aún con el limitadísimo nivel de información que ofrecen los medios, que además de escasa, es sesgada, incompleta y generalmente mendaz sienten inquietud pues algo pudiera mejorar o empeorar. Como Pánfilo, el popular personaje televisivo que buscaba infructuosamente en el tabloide del proyecto información sobre la cuota de pollo u otros alimentos racionados.

Lo cierto es que las asambleas y sus “debates”, al igual que las elecciones resultan “pan con ná”. Los planteamientos incómodos ─de haber alguno─ se quedan ahí mismo, los medios solo difunden los favorables y el pollo del arroz con pollo ni se menciona: el partido “fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”, artículo cinco que quita toda validez al resto del mamotreto, si la tuviera.

Por tanto la discusión del resto del articulado resulta un ejercicio intelectual. Celebrado el referendo, y aprobada la versión final del chirimbolo, en la primera reunión del buró político quien presida este lanza una idea, es aprobada ─unánimemente─ se realizan los trámites partidarios formales (secretariado, pleno comité central) se presenta a la asamblea del poder popular (sesión ordinaria u extraordinaria según la urgencia) y la asamblea más dócil de la Historia Universal aprobará los cambios a la recién estrenada constitución ─unánimemente─ o simplemente como hasta hoy se hará lo que convenga haciendo caso a ésta.

¿Alguien lo duda? Ahí va un ejemplo:

El 10 de septiembre de 1993 el buró político acuerda la creación de Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) a partir de las entidades agropecuarias estatales afectadas por gigantismo, ineficiencia, no sostenibles económica y ambientalmente en la nueva situación creada por la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista europeo y sus créditos, en la práctica subsidios al no pagarse.

Diez días después se emite el Decreto Ley 143 por el consejo de estado; en la próxima sesión de la asamblea se aprueba el Decreto Ley, sin cuestionamientos y unánimemente.

Al margen de ser una legislación pésima, llena de contradicciones e incongruencias (1) se dispuso sobre un Patrimonio de miles de millones de pesos, incluidos 1,7 millones de hectáreas de tierras agrícolas, centenares de miles de trabajadores y muchos millones de pesos de producción partiendo de la decisión inapelable de un órgano de poder cuyos integrantes no tienen experiencia práctica ni teórica de administración agropecuaria. Resultado: las cooperativas creadas no rentables en su mayoría y la producción agropecuaria en franco retroceso.

Este ejemplo no es un hecho aislado (2), el deterioro de la situación socio económica del país está relacionada con el sistema que confiere a un hombre, o a lo sumo un pequeño equipo, poderes omnímodos y vitalicios, cumpliéndose la premonición martiana:

Todo poder amplia y prolongadamente ejercido degenera en casta. Con la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos de perderlas, las intrigas para sostenerlas. Las castas se entrebuscan, y se hombrean unas a otras. O.C. t9, p 340.

  • Por ejemplo, la cooperativa es dueña de la producción pero tenía que venderla a la Empresa que el Estado designe a los precios fijados por éste ¿es o no es dueña? Los insumos necesario los recibe de la misma forma, el reglamento para su funcionamiento es tan burocrático que casi no la diferencia de una entidad estatal, en fin, se violan todos los principios del cooperativismo.
  • Entre las mayores está la defenestración de la agroindustria azucarera; la “batalla de ideas” con la creación de un súper ministerio, en la práctica fuente de corrupción y derroche de recursos; decisiones bélicas de gran envergadura hasta para una potencia con intromisión en los asuntos internos de otros estados o en conflictos entre naciones soberanas, etc. En la breve existencia histórica del “socialismo real” sobran las acciones catastróficas similares: la colectivización forzosa de Stalin, el gran “salto adelante” de Mao son ejemplos de decisiones absurdas causantes de millones de muertes por hambre.

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