El dilema de los “regulados”

“Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”.

Artículo 13.2 de la Declaración Universal de los derechos humanos.

 

Por. MSc. Joanna Columbié

 

“Moverse” dentro de Cuba es una odisea, desde los altos precios del transporte hasta los más pequeños detalles logísticos que acompañan a cualquier viaje. Si a esto se le une que vas a salir del país, la tensión aumenta al tener que garantizar una serie de elementos más, relacionados con lo que se queda dentro de la isla. A eso, cada activista cubano le añade la posibilidad de ser “regulado” o detenido en el camino impidiendo su salida.

No es menos cierto que la libertad de movimiento es un derecho, sin embargo, seamos claros; en Cuba no lo es, una absurda norma regulatoria hace caer a activistas, periodistas independientes, artistas y a la sociedad civil en general en la categoría de “Regulados”

Hoy en Cuba hay más de 200 regulados. Todos son cubanos cuyo pasaporte cumple con las regulaciones de actualización debidas, todos tienen las visas requeridas, ninguno, absolutamente ninguno, cumple los parámetros para impedirle la salida del país, en todos los casos el argumento es por motivos de interés nacional.

En el día de ayer, mi hermano, Dariem Columbié, miembro de S+, una vez más fue “regulado” por la Seguridad del Estado e impedido de salir del país. Iba a participar en Praga,como actual Coordinador Nacional de la Plataforma #Otro18, en el Fórum 2000 y luego a hacer un recorrido por varios países junto a Manuel Cuesta Morúa, líder político cubano, para entablar conversaciones con diplomáticos europeos en el marco del tema Cuba.

Al llegar al aeropuerto José Martí se repitió una vez más la historia: Revisión exhaustiva, esperar en la línea, alguien de migración dice que no viajas, le preguntas por qué, te dice que no sabe, que tú sabrás, esperar 4 horas las maletas y haber gastado un número significativo de recursos económicos, físicos y mentales.

Y aunque durante estos últimos años la preparación y la participación en eventos internacionales ha sido esencial para la oposición interna, cabría preguntarnos si este gasto hoy trae efectividad a la lucha. Quizás sea necesario reconsiderar los tiempos que corren y la manera en que invertimos los recursos.

Ya pasaron los tiempos en los que la seguridad del Estado se dedicaba a “cazarnos” y nosotros a “escaparnos” de ellos para llegar al aeropuerto. Ahora, desde un buró con aire acondicionado un “agente” simplemente incluye un nombre en una base de datos y “regula” a quien le parece y esa cifra va en aumento, ya casi nadie está siendo excluido de ella.

¿Qué ganamos con los regulados? ¿Denunciar la violación de un derecho que no tenemos? Ya eso lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo; pero estamos en una guerra no convencional y se necesita tener tácticas y estrategias no convencionales. Creo que es tiempo de buscar alternativas, de no repetir lo mismo porque vamos a obtener los mismos resultados.

Alternativas pueden ser las de antes, cuando nadie viajaba y la preparación era a la par de la lucha interna, cuando las voces de la oposición cubana solo salían al mundo a través de Radio Martí y algún que otro medio radial, televiso o escrito; alternativas pueden ser utilizar ese dinero para el apoyo a la oposición interna, de modo que se apertreche a los cubanos dentro de la isla para poder accionar de manera más efectiva en acciones concretas, que tengan como punto focal al cubano de a pie, al no convencido, para brindarle información, educación e impulsarle a unirse a nosotros.

Esta vez la voz de mi hermano no se va a oír en Praga, no se podrá reunir con los diplomáticos europeos ni podrá hablar del tema Cuba, otros lo harán. Pero nada impedirá que haga lo que tiene que hacer, que su voz y su acción se sigan sintiendo dentro de Cuba, así como la voz y la acción de todos los regulados o no por el régimen. Los de acá, los de “afuera”, los del exilio histórico y moderno, les apoyamos.

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Joanna Columbié

Nací el 7 de marzo de 1974 en Santiago de Cuba y vivo en Céspedes, Camagüey. He realizado varios estudios que incluyen Maestría en Ciencias de la Educación, Licenciatura en Historia, Licenciatura en Enfermería, Licenciatura en Estudios Bíblicos y Teológicos, Profesora de Informática y Técnico de Nivel Medio en Contabilidad. Trabajé como enfermera, como profesora de Historia en un Instituto Preuniversitario, como subdirectora docente en un Instituto Politécnico, como Subdirectora de Postgrado en una Sede Universitaria y como Metodóloga en la Dirección Municipal de Educación. A partir del reconocimiento público de mi posición política he sido vigilada y controlada por la Seguridad del Estado, además de estar expuesta a varios “conversatorios” y “visitas” para intentar cambiar mi proceder. Nada de esto ha hecho que vuelva atrás, al contrario, cada día soy más libre, cada día estoy poniendo todo mi esfuerzo, mi energía, mi voluntad, mi capacidad, mi pasión y aún más quisiera entregar por mi Patria y por un cambio en nuestra nación. Estoy afiliada a Somos+, un movimiento político con aire joven pero que no excluye a la experiencia de los mayores, un movimiento que cautivó mi mente y mi corazón desde que lo conocí por su propuesta seria, acertada y objetiva, por su honestidad y transparencia, por su empeño en la superación de cada uno de sus miembros, por la elegancia y la sencillez en una combinación justa, por su excelente sentido de familiaridad, compañerismo, amistad y lealtad, por la clara visión del futuro que queremos para Cuba. Un movimiento que a pesar de ser joven ya tiene una meta trazada y se mueve con convicción y seguridad hacia la misma, desde aquí y como directora actualmente de la Academia de Somos+ quiero ofrendar todo lo que soy y lo que tengo por un resplandeciente futuro para nuestra Cuba.

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